Cuando en el 2003 República Dominicana se adhirió al proceso de negociación del Tratado de Libre Comercio entre Centro América y Estados Unidos, el 2025 se veía demasiado lejos. Hoy lo tenemos encima.
Desde 2006, cuando entró en vigencia el DR-CAFTA, el desmonte arancelario a la importación de arroz se ha ido aplicando paulatinamente superando el 66%; en 2022 se aplicó un 23.76%; en 2023 se adjudicará un 11.78% y en el 2025 el arroz estadounidense penetrará al país libre de impuestos.
Veremos desplomarse todo el sector arrocero y la perdida de 80 mil empleos directos, 300 mil indirectos y la quiebra de 32 mil productores.
La miseria llegará a los 96 municipios de las 21 provincias que cultivan arroz y a las 14 donde el cereal mueve la economía.
Urge de inmediato arribar a un acuerdo con los Estados Unidos. Todos debemos cerrar fila en este frente patriótico.