Amables lectores: lo prometido es deuda. Tal como «conversamos» el pasado sábado, prometimos comentar esta obra de la autoría del Dr. Wilfredo Mora García. Al iniciar la lectura de este libro, cerré los ojos y me trasladé «varios» años atrás rememorando mi primera llegada a Londres, luego de ser recibido muy amablemente en el aeropuerto de Heathrow por el Dr. Alberto Santana Núñez, hoy prominente gastroenterólogo que ejerce en la Clínica Abel González de la Lincoln, y quien luego nos llevara a un fraterno colega, el Dr. Galeno Sibilia Sánchez y a un servidor, al hotel Priority, de la calle Kesington Road, en el mismo centro de Londres. Al levantarme y correr las cortinas con gran sorpresa para mí, el hotel hacía patio con el Museo de Ciencias de Londres, de la calle Cromwell Road. Como era natural, esa fue nuestra primera visita a una de las tantas instituciones culturales que visitamos en la señorial ciudad inglesa. Almorzábamos diariamente en su restaurante, degustando con frecuencia el famoso Fish and chips (pescado y papas fritas). Se deben estar preguntando, ¿qué relación tiene esta, mi experiencia inicial en Londres, con el comentado libro de antropología? Les explico: al llegar a Inglaterra tuvimos un tiempo asistiendo a la escuela de inglés. Aunque llegamos hablando el idioma de Shakespeare, pero no era lo mismo el particular «acento british», y así poder ingresar más tarde al Instituto de Neurología de la Universidad de Londres.En ese ínterin y como una forma de combatir el tedio y la dolorosa soledad asistimos en el Museo de Ciencia a un curso de antropología, que se estaba dictando en la institución. Es decir que para mí la antropología tiene la sensación de una muy agradable nostalgia.Tal vez sea por eso que entre mis series preferidas están las de CSI, o tal vez sea porque soy hijo de abogado (recuerdo mis primeras lecturas en la amplia biblioteca paterna), o es que en la familia íntima hay 7 abogados (hijas, yernos y sobrinos). El libro que comentamos trata de los diferentes problemas que define el trabajo del antropólogo forense. La presentación del informe forense es de todos ellos el más importante. Para que esto pueda entenderse fue necesario realizar un recorrido por la Antropología física y biológica así como sus conceptos centrales.
Una característica de esta obra es que se concibió doblemente. Primero, como estudio prolegómeno del tema forense antropológico, su arte, su misión en la investigación de casos de violaciones de derechos humanos; y, en segundo lugar, sería el tema de la tesis de grado para cerrar el autor sus estudios en la universidad.En la página 66 de la obra, en el capítulo “El antropólogo como experto” cita el trabajo científico publicado en 1905 en la revista Médica Dominicana, de Pedro Archmabard, notable médico dominicano, que escribió un artículo sobre medicina legal, intitulado “La medicina legal en la República Dominicana”, en que reconoció que tanto la medicina legal como la antropología deben formar parte de la instrucción del abogado. Asimismo, el autor expresó: “Desde que Tardie y Brouardel lo externaron, es menos exigente de lo que parece, si se tiene en cuenta que para estudios generales de esta materia no se requieren grandes fuerzas, porque el conocimiento de las ciencias naturales, que forma parte de toda educación liberal, pone al estudiante en condiciones de apreciar ciertos hechos y de adquirir en medicina legal suficientes nociones generales, que han de serles preciosas”.
En la página 69, al abordar los Perfiles del científico forense, el autor señala algunos aspectos que son básicos para el ejercicio: ser neutral, objetivo, independiente, científico y apolítico. Tener destrezas al documentar exactamente lo que ocurrió en el caso y presentar bien las evidencias ante el tribunal. Tiene que ser cauteloso al emitir el informe, su opinión que no resentirá el escrutinio de abogados y jueces. En fin esta obra, es de gran ayuda para todos los que se dedican al derecho y la recomendamos.