Ana Belén y Víctor Manuel San José conforman una pareja de artistas que ha logrado la armonía: actuando, cantando, en la cotidianidad y en las ideas. El verdadero complemento de un hombre que escribe como él lo hace es una mujer que además de interpretarlo sepa lo que quiso decir, lo viva como si ella lo hubiera escrito y, lo más importante, que juntos hayan logrado convertirse en un solo proyecto. Comulgando las mismas ideas y corriendo juntos el riesgo de ser distintos. O sea, dos seres, tal para cual.
En su reciente visita al país fuimos a Santiago a conversar con ellos. Lo primero que establecimos es que hace justamente 40 años que Víctor Manuel vino por primera vez a América. Una especie de descubrimiento a ritmo de Quiero abrazarte tanto que se inició en México y que luego se fue acunando en el resto de Latinoamérica.
No huía, pero era perseguido por la dictadura franquista que lo confundió con un joven de su lado, que hacía el servicio militar, llevaba la cabeza rapada y le cantaba al amor. Eso en principio le permitió llegar al número uno y cuando empezó a escribir con buena fe cosas que las autoridades consideraba malas, entonces todo cambió. La TV que había sido su aliada número uno, le fue negada. A pesar de que su talento fue reconocido en Eurovisión, le fue vetado para otras participaciones.
Sin embargo, Víctor Manuel es de los que piensa que se aprende más del fracaso que del éxito: las circunstancias negativas fueron cruciales para su crecimiento. Por un lado, descubrió la canción francesa y con ella la idea de que no hay que tener una voz perfecta si con esta se dicen cosas profundas y hermosas. Esa certeza le llevó a leer mucho para poder hacerlo, pues el que hoy es considerado un poeta de la canción no avanzó mucho en los estudios porque lo que quería era cantar como Joselito o el Dúo Dinámico.
Lo demás se lo dieron los viajes. Su encuentro con la realidad política y social latinoamericana (1970) y con cantantes excepcionales que nos enseñaban muchas cosas como Atahualpa Yupanki, Alfredo Citarrosa, Mercedes Sosa o Daniel Viglietti, con un mensaje progresista que eran faros que nos guiaban.
Fue de este lado del mundo que entendió lo que pasaba en su país y que reafirmó como políticas lo que hasta entonces eran simples preocupaciones sociales.
Cuando Víctor Manuel responde una pregunta, Ana Belén calla y lo mira expectante. Además de asentir, agrega cosas y reafirma. Lo propio hace él cuando ella toma la palabra.
Además de recordar el pasado político y el proceso creativo de Víctor Manuel como compositor y cantante y Ana Belén como cantante y actriz, abordamos el presente de cara a lo sacrificado, luchado, esperado.
¿Valió la pena? Ana toma la iniciativa yo no sé si era esto. No sé si era esto lo que pensábamos iba a ocurrir. Pienso que vamos hacia algo que no sé si me gusta mucho….
No está segura ahora de que la globalización haya resultado tan beneficiosa como se la vendieron ¿por qué no globalizan la justicia?.
Ella entiende que la juventud de ahora la tiene más difícil que nosotros, con todo lo delicado que eran las dictaduras. Aunque asegura para ella la democracia sigue siendo el mejor sistema en el que se puede vivir pero sí me gustaría que la gente, sobre todo la juventud, no esté tan adormecida.
De esta situación culpa a los de su generación que probablemente le hemos querido dar las cosas más fáciles -por el bien de ellos- y yo creo que ellos por su bien, debieron haberlas ido descubriendo por sí solos.
A diferencia de ellos, que tuvieron líderes con quienes se sentían identificados los jóvenes de ahora no cuenta con alguien que cuando hable les confirme que la lucha y el sacrificio valen la pena.
Víctor Manuel en cambio está muy preocupado por la educación y entiende que esta es insuficiente tanto en la escuela como en la casa; estamos haciendo poco para mejorar los sistemas educativos y por supuesto casi nunca son participativos.
Ambos saben que hay iniciativas de algunos maestros, intención de algunas instituciones, pero creen que tiene que ser algo más profundo para que el modelo de la escuela cambie. Los padres tienen que implicarse en todo el proceso para que sus hijos no estén frente a un televisor y se desarrollen con poca capacidad de analizar, críticar y racionalizar las cosas.
Víctor Manuel afirma que los valores actuales de nuestra sociedad son ahora sálvese quien pueda, el vale todo y el cada uno con lo suyo.
Estamos volviendo realmente al pre-capitalismo por lo menos en las sociedades avanzadas. El trato que se le empieza a dar a la gente es claramente precapitalista. Estamos volviendo a los años 30´s, expresa.
Dice que los contratos de trabajo que se están haciendo son precarios, temporales, que les renuevan el contrato día a día así, ¿cómo pueden hacer huelga o protestar por condiciones de trabajo?.
Uno de los temas principales dentro de esta crisis es la necesidad de parar la migración. Ana interviene para recordar que ese es un fenómeno mundial muy viejo y que España no debe olvidar las migraciones de los españoles a Alemania, Suiza… y Víctor interviene para mencionar o a República Dominicana.
En el momento en que hay precariedad en el empleo, inmediatamente se vuelve la vista hacia el inmigrante y el discurso de toda la vida es que vienen a quitarnos el trabajo. Pero si es un trabajo que tú ya no haces.
En síntesis
Ana y Víctor Manuel
Se conocieron siendo artistas reconocidos en el 1971 e iniciaron una relación sentimental que terminó en matrimonio. Dos hijos (Marina y Daniel) y una carrera artística y política que lleva ya 39 años. Ideas sobre varios temas, de uno y otro, a continuación:
Iglesia
A Víctor Manuel le gustaría que el mundo estuviera más libre de la religión ya que me molesta que traten de interferir en la vida pública desde la religión católica. Eso pasa mucho en España.
Terror
Víctor piensa que el miedo es comodísimo para la gente que tiene poder mientras más miedo siente más tranquila está la gente, menos se mueve. Sin embargo, Ana le recuerda que el miedo es real. El miedo existe porque ya lo hemos sufrido, en referencia al 11S y 11M.
Canción
A pesar de que las escribe, Víctor no piensa que una canción va a cambiar algo, reconfortan a la gente y confirman lo que ya sabes. Ana piensa que una canción Te ayuda a cambiar la estética y dice que ella ha cantado lo que tenía que cantar a cada momento. Que aunque hace canciones de autor, le gusta la idea de que son populares yo creo que todos quisiéramos ser comerciales sin perder la calidad.
Familia
Ambos están felices con sus hijos. David, que les acompaña en la gira, y Marina que estudia actuación. Ana confiesa que una de sus mayores alegrías fue que sus padres, que eran de izquierda, pudieran votar y ganar las elecciones antes de morir.