El pasado 13 de enero el ministro de Agricultura afirmaba que la República Dominicana está blindada respecto a la gripe aviar, declaraciones que interpretamos como un recurso que ha utilizado el funcionario para llevar confianza al sector avícola y a la población en general.
La gripe o influenza aviar, al igual que el COVID y la fiebre porcina, es un mal importado que solo se evitaría si se toman las medidas sanitarias preventivas que anunció el ministro.
Sin embargo, no impediría que entre al país esta terrible enfermedad, ya que el blindaje es vulnerable porque puede ser violado por aves voladoras silvestres contaminadas que recorren grandes distancias provenientes de países infectados por ese u otros males, además que el mundo de hoy está globalizado e interconectado, lo que impide el aislamiento para un verdadero y eficiente blindaje.
Naciones más desarrolladas que la nuestra con sistemas sanitarios robustos, tales como Estados Unidos, España, Ecuador, Perú, Venezuela, Colombia y China, entre otras, no han podido impedir la llegada de la gripe aviar, que, aunque no representa alarma sanitaria para la salud humana no deja de acaparar la atención de la comunidad internacional por las pérdidas millonarias que le provoca al sector avícola o su liquidación momentánea, limitando significativamente este medio de subsistencia, que no es más que un atentado contra la seguridad alimentaria, la pérdida de puestos de trabajo y riesgos para la salud pública.
El Ministerio de Agricultura, con sus departamentos de Sanidad, productores avícolas, Ministerio de Salud Pública y técnicos conocedores del tema deben estar alertas y prevenidos, para esperar algo que ojalá no llegue nunca he inventariar la capacidad técnica y financiera disponible para estar preparados, de ser necesario, y de esa forma poder hacer frente a una eventual llegada a República Dominicana de la influenza aviar.
El país ha salido airoso de otras plagas y enfermedades que nos han visitado debido a las decisiones oportunas que se han dispuesto para su combate y erradicación; esa capacidad de los profesionales del área, de las autoridades del sector agropecuario, de los productores avícolas y la voluntad decida del Gobierno central, es el verdadero blindaje para dar respuesta si fuese obligatorio a la gripe aviar.