El Cambio: alegrías y penas por las elecciones 2020

El Cambio: alegrías y penas por las elecciones 2020

Tirso Mejía-Ricart

Las elecciones recién finalizadas para renovar las autoridades nacionales del período 2020-2024, terminaron con resultados y lecciones que deben ser analizados en otros artículos. Cabe por el momento destacar las principales alegrías y penas que nos provocan esos trascendentales eventos:
Las Alegrías

  1. Salimos del “gas morao”, esa organización que desde el gobierno traicionó los principios que trató de inculcarles Juan Bosch y utilizó algunas de sus enseñanzas para su beneficio, multiplicaron sus ingresos entre “comisiones”otros “negocios”y utilizaron a costa del gobierno una monstruosa propaganda 24 horas al día.
  2. Influyó poderosamente que se estableciera todo un frente nacional en torno a Luis Abinader y el PRM, para luchar por la excelencia en la administración del Estado, y por la justicia para todos en el país.
  3. Desplazó del Congreso Nacional a muchos borregos come-cheques y líderes desgastados o ahítos de privilegios que poco o nada hicieron por el país, con honrosas excepciones.
  4. Levantó la conciencia pública para seguir luchando por alcanzar los cambios políticos, económicos y sociales que requiere esta nación.
  5. Sacó a la luz una nueva generación de jóvenes no contaminados, capaces de impulsar cambios fundamentales, y muchas mujeres de valía para todos los niveles del gobierno.
    Las penas
  6. La campaña electoral se tuvo que celebrar en medio de la pandemia de coronavirus o covid-19, que contribuyó a incrementar la propagación de esa peligrosa enfermedad.
  7. La barbaridad de los legisladores que hicieron aprobar en la Ley de Régimen Electoral que después de unas elecciones primarias para definir por mayoría las candidaturas con voto preferencial, pero además de los muchos que son incluidos como “reservas” en el 20% que asignan los partidos, impusieron por una segunda vez el voto preferencial en las elecciones generales, para que éstos, con sus barrilitos, cofrecitos y más de 4 años de clientelismo populista, violenten el carácter directo que debe tener el sufragio para los diputados, lo que permite el “canibalismo” entre compañeros de partido y la corrupción en la alteración de los resultados, algo profundamente injusto, y antidemocrático, responsable directo de los trastornos y trampuliñas que se manifestaron el 5 de julio.
  8. El lamentable comportamiento de la policía militar electoral, que no hizo nada por desmantelar la compra-venta de votos y cédulas en los alrededores de los centros de votación.
  9. La vergonzosa alteración de actas y escrutinios, así como la lenidad al comportamiento doloso de observadores de escrutinios, delegados y directivos de colegios electorales, que se prestaron a alterar o aceptar los resultados falseados en esas jornadas ejemplares.
  10. La penosa deficiencia en la educación dominicana que posibilita hayan delegados y directivos de colegios electorales que no pueden sumar, restar e incluso leer correctamente; y juntas electorales que sean capaces de organizar y controlar el proceso electoral y evitar la infortunada situación que se creó en el Distrito Nacional y Santo Domingo Este, donde se han tomado decisiones al margen de las leyes electorales.
    Lo que resta por comentar, que es mucho, tiene que ver con fallas e inconsistencias tanto de la Ley No.33-18 de Partidos Políticos como de la Ley No.15-19 del Régimen Electoral, que haremos después, para contribuir a sanear definitivamente los procesos electorales dominicanos.

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