Los días de pandemia, ejercieron sobre los artistas múltiples acciones desde sus talleres, se conectaron son sus obras, con sus sueños y su contexto para buscar la manera de ejercer su imaginario y creatividad frente a las circunstancias.
La tecnología, ha permitido seguir el diálogo y la reflexión con el proyecto curatorial “Poéticas pictóricas” que, programada la exhibición para el 22 de marzo, tuvo que suspenderse, siendo entregadas las obras del colectivo de artistas Elvis Avilés, Leonardo Durán, José Sejo, Lucía Méndez, Iris Pérez, Cristóbal Rodríguez, Wilson Abreu, Ambiorix Saldaña, José Pelletier y desde New York, Ezequiel Taveras, Moses Ros.
El concepto nació hace tres años, invitando artistas a conocer autores, y escritores del Caribe, y a partir de un extracto seleccionado, apropiarse de la imagen verbal para convertirla en imagen visual, sin caer en una ilustración literal, pero si partiendo de la factura de cada artista interpretar la novela, el cuento y el poema para llevarlo a la imagen plástica.
Después de haber trabajado con la dinámica discursiva de los poetas dominicanos traducidos al francés en una antología berlingue de la casa editorial
“Le temps des Cerises” José Pelletier rindió homenaje a Marylin Monroe, la mujer diva que Tony Raful poetiza en sus versos de “Recepción a una artista de cines” y que Pelletier exalta con su fuga en la brocha sus gestos firmes y seguros en el trazo y la convivencia sensorial del blanco y del negro que envuelven la tela en una imagen de pantalla, reto logrado, tanto el poeta como el pintor se dejaron envolver en las faldas de Marylin, “Soy en anfitrión que ronda indispuesto en la distancia como pájaro sobre el nido de tu cuerpo”.
El ritmo y el perfume de los versos de Raful fueron lleva os con fuga en el movimiento de la figura por el artista visual, una joya.
Los versos de Basilio Belliard, afianzados en el trabajo alquímico del maestro Durán, surjan también del concepto de cuerpo de mujer en el poema “Tu cuerpo escribe amor”, entre una cromática nostálgica y matizada con el azul nocturno y lunar, Duran, envuelve la palabra en una geografía de tierra y mar en un ambiente que lleva el poema al color de la melancolía ‘vuelve la sombra. Vuelve la tarde a tu cuerpo donde te mira encendida”. En el encuentro virtual sobre las poéticas visuales del Caribe, el cuerpo marcó una presencia muy significativa en cuanto a la relación de la anatomía de la figura anatómica de la mujer con los altos cerros de las cordilleras, evocando a metáfora visual del seno con las alturas de las montañas, referente que ejerce una gran influencia tanto en la metáfora verbal como en la imagen plástica.
José Sejo, se apoderó del poema “La Madame Sisostris de los Mármol” para buscar en sus frases las luces y los colores de las evocaciones de los presagios y adivinaciones de la tía Consuelo, sugiriendo vida, amor y porvenir, en un medio barrial donde la esperanza busca su futuro en una taza de café, para dejarse leer los inocente sueños, ‘la tía Consuelo, con su tacto de misterio y palabra de fuego, rodeada de jóvenes melenas y ojos en la intriga, ha dicho usted azar inconmovible, ha imprecado los limpios espejos zodiacales, yo lograba, sin ser visto, escucharlo caso todo…”
Sejo, sacó toda su cromática para evidenciar la forma humana con la forma arquitectónica de esas casa barriales donde se presagia el destino, la obra es una fusión metafórica de ese misterio evocado por el poeta y bien captado por el pintor.
Ese Caribe de misterio y espíritus fue interpretado por la factura de Wilson Abreu que se dejó llevar por el mundo misterioso y oculto del Makandal que Manuel Rueda nos ofrece en los versos de su poemario épico “Las metamorfosis de Makandal” Wilson Abreu se dejó llevar por todo el misterio de ese antiguo esclavo, libertador de esclavitud y convertido en espíritu. Makandal es una figura legendaria para todo el Caribe, su referente evoca el luchador triunfador de las llamas del autodafé que le impusieron las fuerzas coloniales, significa toda la proeza de los negros libertos con sus poderes sincréticos. Wilson Abreu siempre ha manejado su factura y firma con figuras zoomorfas que transfiguran lo humano en seres poderosos inquietantes en esta convocatoria marcó una fusión la leyenda ‘Tú no eres negro ni eres blanco de qué color serías Makandal de todos los colores. ‘En esta exhibición que tuvo que oponerse hacia un futuro que deseamos reciente y cercano, los artistas fueron convocados el 22 de junio a intercambiar sobre sus procesos creativos en relación a los versos leídos y apropiados en ese encuentro organizado por Funglode, se unieron los artistas que residen en New York desde donde Ezequiel Taveras se refirió a su praxis sobre papel , citando el encanto que le sugiere confeccionar el mismo su papel orgánica y resaltar en él la idea plástica de una obra literaria, lo que ha practicado no solamente con artistas del país pero también de Puerto Rico con la obra de Julia Burgos, nos precisó Taveras que desde la otra orilla, no deja de trabajar el concepto visual del Caribe, considerando el desplazamiento como una oportunidad para medir con más reflexión y sabiduría su compromiso artístico con ese espacio excepcional de luces y formas, expresó con claridad que la relación al texto de Maryse Condé le abrió todo un horizonte de la diversidad y del referente de nuestra región, entendiendo que la lectura de “Yo Tituba bruja de Salem” le propuso y se propuso ir más lejos en la gran diversidad archipiélago y continental de nuestra región”.
Iris Pérez, se compenetró con la obra del poeta Fernando Cabrera cuyo título “Yo, el de la isla ‘es la misma artista pues sabemos cómo Iris Pérez, tiene un concepto visual y plástico propio confirmado en su sentimiento carnal con pertenecer a la isla, sabemos de sus obras y personajes marcados por las miradas de los horizontes inacabados, del mar, y de los barcos de verdad y de papel, y también sabemos de sus seres humanos en mantenimiento de una búsqueda de espacio planetario, que la artista refleja maravillosamente en las miradas de sus figuras” Yo, el de la isla- y todo continente es isla-, Después de fundar sobre duras piedras mi casa En esta frívola ciudad de nadie, Hoy huyo de mi imagen como el abismo”. La obra de Iris, con los versos de Cabrera, nos confirman una vez más que hay una comunión conceptual y visual entre el lenguaje poético escrito y el lenguaje del trazo, forma luces y color. Todo conforma una semántica.
Las telas de Lucía Méndez refuerzan una vez más el dominio de esta artista en su trabajo que hace de la negritud un discurso visual, desde la tela sacando la trascendencia de la convivencia de colores y sujetos en una misma mística, la mágico religiosidad, supo abundar el tema cuando le preguntaron si frente a los acontecimientos del racismo, se había bajado la guardia en las luchas de los afro descendientes y ella se refirió al arte y a la creación declarando con firmeza que tanto los intelectuales afro americanos, como los caribeños y los africanos nunca bajaron los brazos y que los artistas siguen cumpliendo con su cosmos visión de un mundo con los mismos derechos para todos, haciendo referencia a tantos artistas que mantienen la ética y la belleza de la negritud heredada de los conceptos de César y Wilfredo Lam.