El cascabel para el gato que se tarda demasiado en colocar

El cascabel para el gato que se tarda demasiado en colocar

Este es un país de muy aceptable generación de riquezas (aunque mal distribuidas), de extendida captación de utilidades gracias a una amplia gama de éxitos empresariales que se palpan en modernidades urbanas como fruto del crecimiento de las clases media alta y la que le sigue de más elevados lucros, que exhiben estándares de vida y consumos típicos del Primer Mundo.

Se trata de un campo fértil para cualquier propósito justo de obtención de tributos para los esenciales fines del Estado como redistribuidor del ingreso y sustentador de servicios públicos con preservación de condiciones estructurales que hacen posible trabajar para vivir, unos modestamente y otros haciendo fortunas, algunas pasadas de nutridas.

Por definición, y porque es imposible contar con un país favorable al universo ciudadano sin un adecuado ritmo de inversiones públicas, el fisco debe captar lo que corresponde al tamaño real de la economía, esta que no ha parado de crecer y supone muchos progresos personales, familiares y corporativos.

Están absolutamente fuera de la realidad aquellos, muy numerosos por cierto, negados a admitir que la captación de tributos está desactualizada, dejada atrás por la laboriosidad y el impulso multiplicador de bienes de muchos dominicanos y extranjeros de talento o astucia para buenas y malas artes, porque de todo hay en la viña del Señor. Se reconoce que es hora de asumir mayor compromiso de dar un uso pulcro, eficiente y productivo a lo recaudado.

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