Evitar que en el marco de una lucha gremial sean negadas la próxima semana las consultas y otras atenciones a que están obligadas las administradoras de salud no debe ser de la exclusiva responsabilidad de los colegiados que esgrimen demandas que en amplitud procuran que también sean extendidas las coberturas a los afiliados incluyendo el suministro de medicamentos, estudios de laboratorio y de procedimientos, etc. Estas serían conquistas de orden social situadas más allá de las contradicciones de pura relación contractual entre médicos y ARS. Razonables y justas para los asegurados que no han sido los iniciadores de la contienda aun constituyendo la contraparte débil y subordinada indefectiblemente a recibir aportes incompletos para lidiar con enfermedades.
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Que junto con sus empleadores son los únicos financiadores de la estructura y los que resultan más perjudicados por un limitado alcance institucional de la protección o por interrupciones de orden laboral. La falta de una respuesta concreta a las demandas de los médicos tiene el juego trancado y aleja la posibilidad de entablar una negociación con cartas sobre la mesa y si efectivamente los recursos que de los asegurados llegan a las ARS son insuficientes para una remontada de concesiones merecidas, procede que el Gobierno desamarre el nudo en vez de empeñarse en fracasar como mediador. Por la Seguridad Social debe responder el Estado más que nadie. Los entes rectores tienen que responder a la sociedad por el sistema.