Hace tres semanas la Sociedad Dominicana de Neurología y Neurocirugía celebró su XXIII Congreso Internacional. Llevado a cabo en el hotel Paradisus Palma Real, de Bávaro, con 119 conferencias, 74 expositores y un curso pre-congreso sobre biología molecular y biotecnología. Podemos considerarlo como uno de los mejores que hemos tenido en nuestra especialidad neurológica hasta la fecha, y esa es razón más que suficiente, para darle un fuerte abrazo de felicitación a la directiva que preside el Dr. Luis Suazo, y que integran entre otros colegas, los doctores Julián Sued, Freddy Flores y Evelyn Lora. Congratulaciones por tan exitoso encuentro, por lo bien organizado, por la gran calidad de las conferencias científicas y las elegantes actividades sociales.
El evento científico estuvo dedicado este año al Dr. José Peguero Calzada (Piki), distinguido neurocirujano, profesor y amigo, a quien me unen afectos entrañables. El ha desarrollado su amplia carrera quirúrgica en la ciudad de Santiago. Su regreso de Cork, Manchester y Oxford, coincidió en que yo estaba haciendo mi año de pasantía médica obligatoria en el hospital Luis E. Aybar (el Morgan), en el servicio de neurocirugía del querido profesor Dr. José Joaquín Puello, iniciándose en esa época el preámbulo de lo que es hoy CECANOT, una de las instituciones médicas más calificadas del país en cuanto a tecnología y personal hospitalario. Ambos me han dispensado siempre un trato muy deferente, por lo que laboré muy gustoso con estos dos gentlemen, antes de irme a Inglaterra. Junto a su esposa Nadime, ha formado una hermosa familia y doy fe pública de su noble corazón, de ahí que no me lo imagino negándole sus servicios profesionales a nadie. Testigo fui en esa oportunidad de sus grandes desvelos, para ayudar a los humildes de todo el país que acudían para cirugías neurológicas. Recuerdo los innumerables viajes junto al Dr. Puello y él a Salud Pública para reclamar equipos y personal para poder operar a los pacientes y buscando afanosamente padrinos que apoyaran el Banco de Válvulas para tratar las hidrocefalias.
Al dar las gracias en la solemne noche de apertura de la actividad científica, el Dr. Peguero describió la historia del desarrollo de las neurociencias en la región Norte del país. En su conferencia, presentó una foto “histórica” que me retrotrajo nostálgicamente a muchos años atrás, donde aparecíamos él, el Dr. Virgilio de Peña y un servidor, mucho más “jovencitos”. En esa ocasión dictaba yo una conferencia en una actividad científica realizada en San Francisco de Macorís, sobre el Parkinson (del que “conversaremos” la semana próxima) Deseo compartir ese momento de nostalgia con mis amables lectores. Al regresar nosotros de Inglaterra, la sociedad que nos agrupa a neurólogos y neurocirujanos, había caído en un marasmo, con pocas reuniones científicas y escasas actividades colectivas. Ante esa realidad el Dr. Peguero, viajó desde Santiago y nos motivó a asumir la dirección de la Sociedad de Neurología y Neurocirugía, gustosos aceptamos y en nuestra presidencia: reiniciamos los congresos internacionales anuales, iniciamos las tertulias sabatinas, se diseñó el logo y la bandera de la institución, publicamos la obra “Cerebro, ciencia y sociedad”, editamos el órgano de la institución, la revista Ciencias Neurológicas, recorrimos todas las regiones del país con conferencias. Instauramos las “tertulias neurológicas” mensuales, nos reuníamos entonces en los laboratorios Eisai, viniendo él religiosamente desde Santiago a todas las actividades. Es decir, que con su apoyo solidario volvimos a hacer florecer la sociedad. Al aumentar por el indefectible desarrollo médico la membresía de los neurocientistas del Cibao, él fue el mentor de “Neuronorte”, surgiendo la filial de nuestra sociedad en la región Norte del país. Por sus grandes aportes a la neurocirugía dominicana y a nuestra sociedad, más que merecido fue el homenaje que todos le rendimos. ¡Enhorabuena!