El cuidador para vivir con un enfermo de Alzheimer

El cuidador para vivir con un enfermo de Alzheimer

Fabio Herrera Miniño.

Durante nueve años me ha tocado convivir con mi esposa Gladys que padece un Alzheimer avanzado que ha limitado sus funciones, a veces me reconoce y otras veces paso inadvertido para ella sumergida en su mundo tan especial.

Gracias a la ayuda profesional se ha podido ir sorteando las diversas etapas de la enfermedad en que creo ya estamos en el umbral del final esperado pero da muestras de una vitalidad que no parece de que estamos cerca de ese final.

Es mucho lo que se ha escrito acerca de esta enfermedad que cada día afecta a más sectores sociales, afectando la vida de miles de familias que se ven atadas de manos cuando no existe el remedio que contribuya a minimizar los daños que acarrea ese proceso de olvido y abandono de un ser humano que era antes tan dinámico y trabajador.

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Gladys, mientras estuvo libre de ese mal fue un ser que supo criar a nuestros cuatro hijos Fabiola Marina, Esteban Lorenzo, Ruth Anastasia y Gladys Mónica los cuales en su etapa actual de la vida han sabido destacarse en sus esferas de acción contribuyendo certeramente en sus entornos de acción y ganándose el respeto y admiración de los que interactúan con ellos.

Los inicios de la enfermedad son variados y causa desazón ver a un querido ser humano asimilar las consecuencias de las distintas formas aun cuando el olvido y la pérdida de la memoria son comunes a una demencia senil que altera todos los patrones de conducta, empujando a esos seres a sumergirse en una esfera de confort que le permite sobrellevar esa soledad pese a que están viendo a las demás personas, familiares, auxiliares en su derredor proporcionándoles afectos y asistencia para hacer más llevadera esa soledad interior que le impide identificarse con sus vecinos.

Gladys y yo hemos disfrutado de la unión de 67 años en donde no han faltado los tropezones pero el amor mutuo nos permitió superar esas crisis normales en los matrimonios que contribuyen a llegar a un mejor conocimiento del ser amado y con el cual se ha decidido compartir la vida en compañía que permite de esa manera procrear y educar los hijos que como consecuencia lógica de ese apareamiento permitiendo formar los hogares donde reine la armonía, la comprensión y hasta el respeto mutuo de las personalidades de los integrantes de ese clan social que esa la familia.

El Alzheimer todavía es una enfermedad desconocida para la ciencia por la anulación de las neuronas cerebrales dejando un vacío que no permite llevar un proceso de consolación dejando a los familiares devastados en su soledad viendo al ser querido de como se va disminuyendo en sus funciones creando en ellos su sitio de confort en lo desconocido a la espera del final.

El mismo es previsible a veces en poco tiempo pero por lo general es un proceso largo de angustias y zozobras de los familiares para ver a un ser querido que antes gozaba de vibrantes reacciones y actuaciones en el seno familiar. Era un ser humano indispensable en el seno familiar y de repente lo vemos arrojado a un olvido inevitable y con la pena devorando inevitablemente lo que antes era vida y emociones del compartir familiar y amistosamente.