El Gobierno y sus funcionarios deben ser más cautelosos en sus propuestas y anuncios sobre los diferentes temas del quehacer nacional para evitar dar argumentos a quienes, desde la oposición, están permanentemente al acecho de cualquier error para, de inmediato, arremeter contra las autoridades y el partido en el poder, como pasó con el anuncio de la posible reducción del presupuesto de Educación en 4,250 millones de pesos para ser destinados, según el ministro de Hacienda, José Manuel (Jochi) Vicente, a mantener el subsidio a los combustibles y a la tarifa eléctrica, principalmente.

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La descomunal campaña de ataques que desató la oposición a raíz del desafortunado anuncio, conllevó a que la vicepresidenta de la República, Raquel Peña, se reuniera el pasado martes con un grupo de organizaciones, no gubernamentales, que trabajan en Educación, para dar seguridades de que los fondos del 4 por ciento del PIB serían respetado, y por el contrario, el gobierno aumentaría en 1,390 millones el presupuesto de la educación superior y destinaría 484 millones más para la cultura. Ese anuncio no bastó por lo que el vocero de la Presidencia Homero Figueroa, se vio precisado a dar seguridades de que el presupuesto de Educación no sería tocado. Todo este escarceo, pudo evitarse.