Así como el deporte ha sido un tema de trascendencia en la literatura universal, una conexión similar ha tenido con el arte desde la antigüedad hasta el mundo contemporáneo, en sus diversas manifestaciones: pintura, escultura, y en tiempos más recientes, la fotografía y la videocreación.
En la cultura helénica, el arte y el deporte tuvieron una estrecha relación en el ámbito de los Juegos Olímpicos, donde concurrían músicos, poetas, escultores y pintores, para exaltar las hazañas de los atletas. La escultura griega exaltaba el cuerpo como valor y como belleza.
Una obra de arte como la estatua de Zeus, deidad en cuyo honor se celebraban los juegos, fue símbolo de despliegue artístico que creó toda una tradición.
También se destaca el Discóbolo, una de las obras maestras de la escultura, realizada por Mirón hacia el año 455 antes de Cristo. La misma representa el cuerpo de un atleta en el momento en que se apresta a lanzar un disco.
Referencias y temas sobre lanzamientos y carreras fueron encontradas en la cerámica y en los frescos etruscos, y en los mosaicos romanos, escenas de lucha. También imágenes de competiciones deportivas en bajo relieves y sarcófagos.
A lo largo de la Edad Media se va perdiendo el recuerdo de la tradición griega del atletismo, generándose un reflujo del arte en el deporte. La misma decadencia continúa con la irrupción de la Edad Moderna, debido a que los deportes no tuvieron una práctica generalizada e institucionalizada.
En el último tramo del siglo XIX surgen inquietudes de tipo deportivo, y tras un curso de conferencias en la Sorbona, el barón de Coubertin lanza un manifiesto en pro del restablecimiento de las Olimpiadas, y el 25 de marzo de 1896, se inauguran los Juegos de Atenas.
Con la irrupción del Mundo Contemporáneo, se recupera una vital e intensa conexión entre el deporte y el arte. En las décadas subsiguientes el arte en el deporte tendría su mayor auge a través de destacados artistas, principalmente pintores, quienes pondrían su talento sobre imágenes deportivas.
Los pintores del movimiento futurista desde la primera vanguardia realizan una serie de cuadros sobre las disciplinas deportivas con una visión distinta del mundo. Con la consolidación del cubismo, los deportes adquieren un nivel de protagonismo con obras de artistas de fama mundial como Albert Gleizes, Pablo Picasso, Salvador Dalí, Jean Metzinger, Juan Gris, Braque, Archipenko. Los artistas plásticos incluyen una gran variedad de deportes: fútbol, atletismo, tenis, natación, boxeo, automovilismo y el ciclismo, entre otros. También sobresalen los aportes del Pop Art de Kandinsky, Roy Lichtenstein, y Andy Warhold, así como innumerables pintores de estilos innovadores.
En la actualidad el deporte y el arte se mantienen unidos en importantes eventos como bienales, concursos fotográficos y colecciones públicas y privadas. El Museo Olímpico de Lausana y la Bienal Internacional del Deporte en el Arte, promueven estas manifestaciones.
Ha sido plausible en plano el nacional, la iniciativa tomada desde el inicio de su gestión por el Ministro de Deportes, Jaime David Fernández Mirabal, de colocar murales elaborados por pintores locales en los principales complejos deportivos, una acción sin precedentes en el país, donde el deporte y el arte se conjugan para el deleite espiritual.