Las críticas y descalificación del contrario es la forma más común de hacer política en nuestro país por lo que resulta un tanto utópico pensar que la oposición va a contribuir con el presidente Luis Abinader en la adopción de las medidas y reformas que necesita el país para echar hacia adelante.
No obstante esa realidad, el primer mandatario cumplió con un precepto elemental de cortesía al acercarse a sus derrotados contrincantes, con un ramo de olivo en su diestra y la propuesta de un acuerdo básico de coexistencia para la solución de los principales problemas del país.
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En ese contexto, sorprende que un triple expresidente de la República, estadista de reconocida educación y trato afable con los demás, como el doctor Leonel Fernández, presentara una excusa tan infeliz y poco creíble para desestimar y luego posponer, sin fecha fija, la propuesta reunión con el primer mandatario.
Abel Martínez, con mucho menos fogueo y experiencia política que Leonel, se manejó con más elegancia y acierto que este y si bien, por oposición de su partido, no recibió al Presidente en el local del PLD, lo hizo, sin comprometer a su entidad, en su residencia privada demostrando con ello que: lo cortés, no quita lo valiente.