Invitados por los Laboratorios Novartis a nombre de los parches de Exelón, una muy efectiva medicación para el Alzheimer, dictamos una conferencia en el restaurante Victoria de esta capital donde neurólogos, psiquiatras y geriatras me acompañaron. Este es un tema que será crucial en los próximos años en la medicina. La razón: el progresivo envejecimiento de la población. El concepto de Deterioro Cognitivo Leve (DCL) fue una noción que fue introducida por R. Petersen en 1989. Este concepto médico hoy en el DSM- V (el manual de las clasificaciones psiquiátricas) se considera una entidad nosológica propia. Cuando nos referimos al DCL, se habla de un deterioro de las funciones mentales superiores que es normal para la edad del paciente.
Este paciente no está demenciado todavía, pero se constata en él un sutil deterioro de esas funciones ejecutivas que nos hacen superiores en la escala biológica (memoria, atención, cálculos, ideación, velocidad del procesamiento mental, etc.) En esta etapa, no se alteran severamente las actividades de la vida diaria y aun el paciente hasta trabaja. Asimismo, se maneja medianamente en su cotidianidad, está en condiciones de hacer trucos y subterfugios para manejarse en las actividades del diario vivir, pero con olvidos frecuentes, enlentecimiento mental, ausencias y “lagunas” mentales episódicas. Lo importante en esta fase del deterioro inicial de su memoria es que el mismo paciente se da cuenta de que sus funciones cerebrales no están “como antes”, algunos hasta lo comentan, de manera que pongámosle atención.
Para el médico, es de importancia crucial en ese momento determinar temprano si hay un daño en las funciones mentales superiores. Se ha comprobado que de un 10 a un 15% de los que padecen el DCL, pasarán a ser dementes. Hay estudios que aseguran que al cabo de tres años, más del 20% se han demenciado. Hay evidencias en pacientes ancianas demenciadas, de que desde 20 años antes había habido quejas subjetivas de alteraciones de la memoria. En esta alteración de la memoria el DCL generalmente de tipo vascular, lo más importante es que si lo detectamos bien temprano podemos estabilizarlo, frenar su evolución a demencia, e incluso normalizar esas funciones cognitivas parcialmente deterioradas. Ese es el gran reto médico, su detección temprana, cuando es realmente efectiva la ayuda terapéutica, después no beneficia y se considera que es muy tarde.
Es importante notar que los manejos terapéuticos del Alzheimer y el DCL son diferentes.
En estos casos el factor vascular es primordial, es decir que en estas condiciones están asociados todos los elementos relacionados con la enfermedad cerebro-vascular, los llamados “derrames cerebrales”.
Esto significa que en esos casos de DCL, juegan un papel primordial los pequeños infartos que se producen en el cerebro. Son infartos silentes, esos que ocurren y no dan la cara clínicamente, por dañar solo áreas no “expresivas” del cerebro. Quizás un día usted sintió un mareo, una cefalea severa, una alteración visual pasajera, un calambre en el brazo y la pierna, un momento de tartamudeo, una rápida desconexión del entorno, etc. Estos eventos tienen una traducción clínica evidente, pues van a contribuir con la atrofia de la corteza cerebral, lo que va a degenerar en el DCL vascular. Es decir que los “derrames cerebrales” van a ser un elemento causal de esa condición de deterioro de la memoria. Demostrado está que los paciente que hacen esos eventos vasculares, tienen diez veces más chance de hacer el DCL. Al 75% de los ancianos, cuando les hacemos una Resonancia de cráneo, tendrán evidencia de pequeños infartos aun sin síntomas de daños neurológicos, es decir asintomáticos, pues son “microinfartos”. Es decir que los eventos vasculares cerebrales son productores del DCL y posteriormente de la aparición de la demencia vascular y del Alzheimer.
Ante estas evidencias, debemos de hacer todos los esfuerzos para que esos factores de riegos cardiovasculares no dañen nuestros cerebros. Que su médico sea muy, pero muy enérgico en procurar la protección tanto del corazón, los vasos sanguíneos y del cerebro, para usted no morir demenciado, lo que es muy, pero muy triste. ¡Si lo podemos prevenir, vamos a hacerlo!