¡EL DÍA QUE TEMBLÓ!

¡EL DÍA QUE TEMBLÓ!

Cincinnati Reds relief pitcher Francisco Cordero pitches against the Milwaukee Brewers in the ninth inning of a baseball game, Saturday, Oct. 2, 2010, in Cincinnati. Cordero earned his 39th save as Cincinnati won 7-4. (AP Photo/Al Behrman)

FRANCISCO CORDERO TRAPEO FREGO Y BARRIO PARA PODER VIVIR

El 2 de agosto de 1999 Será una fecha inolvidable en su vida, porque ese día subió a Grandes Ligas con Detroit, tembló de la emoción, y hasta un “Tablazo” se dio con el dugout cuando entró por primera vez.

La fama, el dinero y el poder es lo primero que se celebra de un pelotero.
Pero detrás de ese jugador de éxito, hay una historia llena de obstáculos.
Así fue la vida de Francisco Cordero, quien se retiró como “El rey de los salvados de RD” con 329, luego de superar a José Mesa.
A los 16 años, Cordero tiraba a 78 millas por hora, y su trabajo fuerte lo llevó a en poco tiempo llegar a lanzar a 94, y en el futuro, a más de 100 millas.
Su familia era muy pobre, tuvo que dejar los estudios, algo que no recomienda a nadie, tuvo que trapear, fregar y barrer en un trabajo de casa de familia para poder vivir. Luego se decidió por la pelota para rescatar a su familia.
En 1994 firmó por 5 mil dólares, y 5 años después ya estaba en Grandes Ligas.
“Ese día estaba muy nervioso, cuando entré al dugout me di un tablazo de los nervios y la moción, será un día inolvidable en mi vida”.
Luego de andar en un carrito viejo en las menores, al entrar a su suite de Grandes Ligas, pensó: “He llegado a la gloria”.
Eso lo obligó a dedicarse más a su carrera porque no quería nunca más bajar de ese nivel.
Recuerda que su primer bateador fue Frank Thomas, quien le dio un “trueno”, aunque luego ponchó a Magglio Ordóñez.
En una conversación con Franklin Núñez para “La Peña de Pelota” de SuperBets, Corderó dijo que creció admirando a José Mesa, y que superarlo lo emocionó, y agrega que hoy son buenos amigos.
Relata que antes de romper el récord de salvados para un dominicano, fue notificado por un empleado del club, ya que él no estaba pendiente a eso.
“Eso me emocionó más”, dijo.
Cordero, quien dominaba con una recta que llegó a viajar a 102 millas por horas y un slider de 94 millas, hoy se divierte jugando dominó, softbol y hasta practica algo de boxeo.
En el futuro se ve trabajando como instructor porque entiende que los jugadores de hoy necesitan mejores consejos.
“No solamente enseñarles béisbol, es aconsejarlos en sus estilos de vida, y así evitar las tragedias que conocemos”.

 

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