El cerebro humano no está diseñado para el dolor, muy por el contrario, lo está para el placer y la felicidad. Cuando usted, amable lector, esté leyendo estas líneas yo estaré dictando una conferencia sobre el tema del dolor inaugurando la Jornada de Ortopedia Nordeste, 2019, en San Francisco de Macorís, en el salón de convenciones del hotel Las Caobas, por invitación de su presidente el Dr. Milton Paulino, distinción que agradezco. El hombre moderno, cuando tiene dolor, busca ayuda de inmediato y es papel principalísimo del médico, ayudar a mitigarlo o desaparecerlo. Hoy disponemos de alternativas terapéuticas muy seguras para hacerlo. Hay algunas condiciones neurológicas muy dolorosas y es de lo que hoy deseo «conversar».
Las causas principales de las neuropatías dolorosas tanto orgánicas como periféricas son muy variadas están las: 1-Metabólicas (diabetes, déficit de vitamina B, etc.) 2-Tóxicas (drogas, metales, quimio, etc.) 3-Infecciosas (hepatitis. HIV, lepra, etc.) 4- Inmunológicas (Guillain Barre, vasculitis, tumores, etc.) 5-Hereditarias (Fabry, Amiloidea, etc. 6-Criptogenicas (sensitivas puras y combinadas). Noten que todas tienen un etc., es decir, que son muchas las causas.
Las llamadas neuropatías periféricas son condiciones de daño a los nervios periféricos (cuello, espalda, brazos y piernas) que, por su cronicidad dolorosa, pasan a ser dolores neuropáticos, por su duración. En orden de frecuencia están las radiculopatías lumbares (espalda baja), el síndrome lumbosacro, el dolor ciático, las radiculopatías cervicales (cuello adolorido), el síndrome del túnel carpal (la muñeca adolorida). La neuropatía diabética, la neuropatía post-herpética (la culebrilla), la neuropatía postraumática, neuropatía del Cubital (por compresión y traumas en los codos), neuropatía alcohólica, neuralgia del trigémino y síndrome del túnel del tarso (dolor en el tobillo). Todas estas condiciones son muy dolorosas y ameritan un enérgico manejo muy particular. Lo primero es un adecuado diagnóstico y lo segundo, es el uso de medicamentos para las neuropatías crónicas, que no son los analgésicos comunes.
Los nervios periféricos son vulnerables a diferentes lesiones en su trayecto, pues discurren por túneles osteofibrosos, donde pueden ser comprimidos por estructuras músculo oligamentosas aberrantes, por articulaciones deformadas por fracturas e inflamaciones. Todas las enfermedades sistémicas como reumatismos, lepra, diabetes, sarcoidosis, etc., facilitan estas compresiones. Veamos el ejemplo de la neuropatía por atrapamiento más común, el Síndrome del Túnel Carpiano, el cual se produce por afectación compresiva en la muñeca del nervio mediano. Si ponemos la mano para pedir (posición supina) y nos apretamos en la muñeca ese es el túnel carpiano. Esla principal causa de acroparestesia en las manos (sensación de hormigueo y calambres en las partes distales de las extremidades), es más común en la mujer, molesta más en las noches y cuando agitamos los brazos y las manos mejora.
En cuanto al manejo del paciente adolorido, la historia clínica dirigida a enfatizar en los aspectos del inicio y desarrollo del dolor, su evolución, qué lo empeora, con qué se relaciona, etc. es lo vital. Esta información lo más completa posible y el examen físico detallado, siguen siendo los pilares en el diagnóstico de estas entidades dolorosas. Adquirir el hábito de explorar las diferentes sensibilidades es de importancia, pues muchas veces nos olvidamos de hacerlo con detalles. Debemos tratar de establecer las diferencias entre fibras gruesas y fibras finas, pues ambas conducen diferentes sensibilidades. Es fundamental tranquilizar al paciente, que llega muy adolorido, dándole la esperanza de una pronta y efectiva curación.
Cuando sea factible, debemos utilizar los elementos diagnósticos modernos de que disponemos, de gabinete y laboratorio (Resonancia, Tomografía, PETscan, estudios genéticos, biopsias de piel, biopsias de nervios, electromiografía, conteo corneal, etc.) Esto no significa que si usted como médico no dispone de estos elementos auxiliares, esto sea óbice para que usted trate sus pacientes, hágalo, trátelo usted en base a su juicio clínico, con los protocolos adecuados para el manejo del dolor neuropático, que por ello sus pacientes siempre se lo agradecerán.