El eslabón perdido

El eslabón perdido

Al liderazgo económico y social de Santiago: corazón del Cibao.
Parte I.
En una época donde la economía global se encuentra en una perspectiva moderadamente positiva, con un crecimiento relativamente estable, debemos preguntarnos: ¿qué estamos haciendo para aprovechar este momento?
Dada la importancia de la globalización, y nuestra participación en ella, me siento comprometido a escribir, una vez más, acerca de la importancia de la construcción del puerto de Manzanillo. Este es el cuarto artículo en 17 años que escribo sobre este tema en esta época donde la competitividad es el principal factor para que una economía crezca de forma consistente.
Cuando en una cadena de abastecimiento hay un artículo que falta o que se ha olvidado, se le denomina: “eslabón perdido”. Justamente eso pienso que ha pasado con el Puerto de Manzanillo. Este puerto debe ser el foco fundamental para llevar a cabo exportaciones masivas desde el país hacia la costa Este de los Estados Unidos, con 150 millones de consumidores. México tiene control de las exportaciones al Oeste y al medio Oeste por su cercanía, pero, geográficamente, no puede enviar a la costa Este.
Antes de tocar esta situación, veamos tres puntos fundamentales:
1. El factor China en la globalización.
2. “La proximidad geográfica y proximidad económica”, como concepto fundamental para el intercambio con otros países.
3. Globalización y competitividad.
En esta entrega nos enfocaremos en el factor China. He abogado desde el 1992 -esta es la quinta ocasión-sobre la importancia de que nuestro país establezca relaciones con China. Recientemente un grupo de prominentes empresarios de Santiago abogó por lo mismo.
China en 20 años aumentó su PIB en más de 400% y sigue creciendo. En el 2017 creció, aproximadamente, 6.5% que, aunque es importante, está por debajo del promedio de casi 10% de los 16 años anteriores. China alcanzó la proeza de crear, en ese tiempo, aproximadamente 400 millones de empleos, aumentó a una tasa compuesta de 10% por año el salario mínimo, salvo el último año que subió solo un 5%. Por otro lado, China ha ido cambiando poco a poco su modelo económico; de uno totalmente dirigido a las exportaciones a otro donde el consumo juega un rol importante.
El inicio del extraordinario progreso de China ocurrió cuando se creó, hace 25 años, una zona franca especial: Shenzhen, que abarca miles de kilómetros cuadrados. Creemos que podemos hacer algo similar, creando una amplia zona franca en el corazón del Cibao y la Línea Noroeste para enviar la producción por el Puerto de Manzanillo. Eso reduciría el tiempo de llegar a la costa este en aproximadamente en dos días (a Miami) y, por consecuencia, reducirían los costos cerca de un 20% a 30%.
Según la revista The Economist, China ha logrado acumular cerca de 3.3 trillones de dólares en reservas. Y están utilizando 70 billones de dólares anuales para la creación de varios mega puertos en puntos estratégicos como Manzanillo. En el 2013, por un acuerdo entre China y Taiwán, China le dejó las relaciones con los 13 países que aún mantenía, entre ellos nosotros. Pese a este acuerdo, en el 2017, Panamá rompió relaciones con Taiwán para hacer relaciones con China y beneficiarse de esa política de inversión.
La importancia de China en el comercio internacional se hace vital por los efectos de la revolución tecnológica y gerencial. Por su parte, el desarrollo de nuevas tecnologías (especialmente la computación en la nube) ha hecho que los negocios con alto grado de certidumbre, sin importar su tamaño, puedan bajar sus niveles de inventarios, en los Estados Unidos de aproximadamente 20 días a solo 4 ó 5 días. Concomitantemente debemos continuar dándole un fuerte impulso a las zonas francas cercanas a la capital. Ha representado un gran paso inicial la inauguración del Presidente Medina de la primera factoría china en el país.
En la próxima entrega presentaremos dos puntos fundamentales para lograr una obra con pocos paralelos en la historia económica dominicana.

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