Con el actual esquema de crecimiento económico es imposible lograr un desarrollo sostenible, por lo que el jefe de la Unidad Economía del Cambio Climático de la División de Desarrollo Sostenible y Asentamientos Humanos (DDSAH) de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), Luis Miguel Galindo, abogó por una reestructuración económica que impida que cuando la población es sacada de la pobreza contamine más por el uso de servicios privados, como transporte, educación y salud.
Galindo ofreció esas declaraciones al participar como invitado en el Encuentro Económico de HOY junto a directivos de Ecored Roberto Herrera, presidente; Rafael Ernesto Izquierdo, vicepresidente y María Alicia Urbaneja, directora ejecutiva.
Dijo que hay que reconocer que durante los últimos 20 años en los países de América Latina se han registrado avances con relación a buenas prácticas para garantizar la sostenibilidad, pero también hay desafíos crecientes que enfrentar porque se ha generado un crecimiento económico aceleradamente, el cual ha estado apoyado por la explotación de recursos renovables y no renovables.
Dijo que ese rápido crecimiento, que a su vez ha generado una reducción de la pobreza y aumento de los ingresos, al mismo tiempo a generado ciertos problemas importantes.
Indicó que cuando se observan las cifras del cambio climático se ven los retos que hay que enfrentar en los próximos 20 a 30 años.
Recordó que en el acuerdo de París se hizo un llamad a los líderes mundiales a tomar medidas urgentes contra el cambio climático para limitar el calentamiento global a menos de 2 grados centígrados, pero muchos científicos y algunos países abogan por 1.5° centígrados o por objetivos incluso más estrictos.
Planteó que cumplir ese reto y al mismo tiempo mantener un ritmo de crecimiento para resolver problemas de pobreza y desempleo es lo que lleva a la necesidad de replantear el actual modelo económico.
Dijo que los países nórdicos han sido exitosos en su intento para lograr la sostenibilidad.
Explicó en los países de la región latinoamericana la población que se saca de la pobreza y se lleva a la clase de ingresos medios disminuye sus gastos destinados a la alimentación, proporcionalmente, para destinar más al consumo de combustible, porque adquiere un vehículo y deja de usar el transporte público.
También se pasa de la educación pública a la privada, al igual que la atención médica.
Agregó que eso es un reflejo de que se están creando sociedades que no están de acuerdo con los servicios públicos que están recibiendo, lo cual planteó requiere de un reelanzamiento más moderno de los mismos que permita o motive a la población seguir usándolos.
Afirmó que mientras eso no suceda habrá una población más segmentada y por tanto habrá problemas de insostenibilidad.
Recordó nuevamente el ejemplo de los países nórdicos, en los cuales la población tiene un alto nivel de ingresos y calidad de vida, sin embargo optan por el uso de sus servicios públicos.
«Un país rico es aquel donde sus ricos usan sus servicios públicos», dijo.
Insistió en la necesidad de construir una nueva matriz pública-privada que ofrezca servicios públicos de calidad a toda la población porque eso permite generar un crecimiento sostenible, debido a que reduce las emisiones de carbono, haciendo las ciudades más inteligentes.
«Es mucho más fácil cumplir las metas recortar emisiones si la mayor parte de la gente usa transporte público de calidad que pensar en usar transporte privado», comentó.
Planteó que si se hacen sistemas de protección social mucho más universales e incluyentes será mucho más fácil atender emergencias y conseguir mejores resultados a largo plazo.
Citó el ejemplo de que cuando viene un desastre natural hay poblaciones vulnerables que sufren más las consecuencias que se vuelven «cuasi permanentes», pero si hay un sistema social más universal la forma de amortiguar los shocks socio-económicos de una catástrofe será mucho más fácil.