El escritor Manuel Salvador Gautier, Premio Nacional de Literatura 2018, dejó como legado obras de gran valor y una trayectoria resplandeciente y ejemplar.
Indiscutiblemente, Gautier y su celebrada obra narrativa han sido excepcionales en los anales de las letras dominicanas.
Y una de las razones es que el autor empezó su carrera literaria cuando muchas personas se disponen a retirarse y a disfrutar del merecido descanso, pero al hacerlo él rompió prejuicios y esquemas, pues produjo con intensidad y gran calidad.
El escritor Manuel Salvador Gautier, Premio Nacional de Literatura 2018, dejó como legado obras de gran valor y una trayectoria resplandeciente y ejemplar.
Indiscutiblemente, Gautier y su celebrada obra narrativa han sido excepcionales en los anales de las letras dominicanas.
Y una de las razones es que el autor empezó su carrera literaria cuando muchas personas se disponen a retirarse y a disfrutar del merecido descanso, pero al hacerlo él rompió prejuicios y esquemas, pues produjo con intensidad y gran calidad.
Poseído de mucha energía y deseos de encarar los desafíos en un ámbito complejo, Gautier penetró en los territorios de la literatura después de cerrar una larga etapa en la que trabajó como arquitecto y docente, logrando respeto y reconocimiento.
El narrador, nacido en Santo Domingo, en el 1930, comenzó a escribir su obra con mucha disciplina, al punto de que cuando ganó el máximo galardón de las letras nacionales ya contaba con 16 títulos publicados en algo más de 20 años, y muchos de ellos habían sido reconocidos en concursos nacionales y extranjeros.
Su entrega a la creación, como medio de realización personal y desarrollo intelectual, le dio a la sociedad un inestimable ejemplo, ya que contrario a lo que suele pensarse se pueden obtener muchos beneficios en la tercera edad, especialmente en el campo del pensamiento y la escritura.
Cuando empezó su recorrido literario, Gautier tocó puertas, para buscar sugerencias de los más acreditados autores y tras el lanzamiento de su tetralogía “Tiempo para héroes” mereció el Premio Anual de Novela 1993, que lo situó como un autor que debía ser tomado en cuenta y le abrió otras oportunidades.
Gautier sustentó su carrera sobre sólidos pilares. Se ocupó de profundizar en los estudios literarios y en la lectura de grandes obras de autores nacionales y extranjeros. Además, poseía una alta valoración de la lengua española y la cultura nacional.
Gautier exploró atentamente la historia y se hizo de una bibliografía sólida, profundamente vinculada a los avatares de la nación y a la idiosincrasia dominicana.
Respecto a “Tiempo para héroes”, José Alcántara Almánzar opinó que “pocas veces se había logrado plasmar en una novela dominicana una imagen tan vívida y humana del déspota (Trujillo) y su era”.
En 1995, Gautier recibió el Premio Anual de Novela por “Toda la vida”, que abarca un largo tramo del siglo pasado y proyecta el drama de una generación que pese a su empeño no alcanzó sus metas.
Años después, volvió a inspirarse en un lapso muy poco investigado. Me refiero a la estancia en Europa del héroe Juan Pablo Duarte, que motivó a Gautier a escribir la novela “Dimensionando a Dios”, Premio Feria del Libro Eduardo León Jimenes 2011.
Dejándose cautivar por el pasado, Gautier creó la novela “Serenata”, acerca de la poetisa Salomé Ureña y los Henríquez Ureña, relevante familia de intelectuales del siglo XIX.
En “Balance de tres”, Premio de Novela de la Universidad Central del Este en el 2001, Gautier se adentró en el drama de la invasión norteamericana de 1916 y puso en relieve el lado íntimo de tres personajes de ficción, que terminan decepcionados por el fracaso de sus utopías.
Con el hermoso título “Historias para un buen día”, el narrador mostró la dinámica de otro grupo familiar del siglo XIX, que dio un vicepresidente de la República y destacados médicos e ingenieros.
“El asesino de las lluvias”, relatada en primera persona, es una de las novelas en que Gautier centró la atención en la contemporaneidad.
Posteriormente, volvió a encontrar aliento en la modernidad para bosquejar “La fascinación de la rosa”, intensa novela en la que plasmó necesidad del hombre actual de sumergirse en su interior y encontrar las verdades que le rodean. Es un texto lineal, de estructura sencilla y planteamientos introspectivos, de corte interiorista.
En las novelas “Tres cosas te ofrezco” y “El misterio de la corbata verde”, divulgadas posteriormente, nuevamente el narrador reveló que lo cautivaba el tiempo que le tocó vivir.
En su novela “La mala maña”, Gautier, fenecido el 8 de febrero de 2021, penetró de nuevo en los recodos de la historia y ofreció a sus lectores un fresco literario acerca de los tiempos de “La España Boba”.
En el 2018, el autor publicó “El pacto de los generales”, obra con la que regresó al ayer dominicano para develar entresijos de la Revolución de Moya, desde varias perspectivas.
La carrera literaria de Gautier fue enaltecida en el 2007 cuando ingresó como miembro correspondiente a la Academia Dominicana de la Lengua, y disertó sobre la narrativa criolla y las expresiones del idioma, temas que lo apasionaban.
Con el hermosísimo título de “Un árbol para esconder mariposas”, publicó en el 2010 una novela cuyos protagonistas son un hombre y a una mujer de razas distintas, quienes experimentan confrontaciones raciales y sociales, con varios trasfondos como son las creencias mágico religiosas, la matanza de Palma Sola y la vida de los inmigrantes en New York.
Sin embargo, no solo la narrativa interesaba al versátil e incansable autor. Además, cultivó el ensayo y fue reconocido en este género, ya que con el título “La fatalidad no está en un campanario de París” recibió en el 2002 el Premio Víctor Hugo en la Historia y posteriormente volvió a triunfar con el “Hechizo en las palabras”, al obtener el Premio Anual de Ensayo Pedro Henríquez Ureña 2015.
Antes, en el 2010, dio a la estampa el libro “Gautier visto por Gautier”, en que autoanalizó su creación y sus motivaciones. El volumen, muy útil para los estudiosos de su creación, recogió sus teorías sobre la escritura, su aproximación a la poesía y sus niveles de consciencia literaria.
Dominio de la lengua, amplia cultura, inagotable curiosidad, fascinación por la escritura, certera intuición, disciplina monacal y prudencia fueron los cimientos con los que este escritor, hechizado con el maravilloso oficio de contar historias, construyó con tesón y paciencia una significativa carrera en las letras.
Gautier fue cultor de la fantasía que abrevaba en el pasado y en la actualidad. Sabíaque lo fantaseado puede incluso llegar a tener mayor peso que lo real, y por eso sus novelas, inspiradas en episodios pretéritos y en hechos y fenómenos actuales, eran aderezadas con elementos de la imaginación y la exploración interior, infaltables en unabuena trastienda literaria.
Como todo escritor influyente, sabía seducir a sus lectores y navegó con fluidez en la memoria histórica y en la reminiscencia personal en varias de sus obras, dotándolas de intimismo, persuasión y sensibilidad.
Sabía Gautier que remembranza y fantasía van unidas. Y como bien dijo Juan Marsé, admirado autor catalán también fenecido, al recibir el Premio Cervantes en el 2009, un escritor no es nada sin imaginación, pero tampoco sin memoria.
Y no puede hacer nada significativo sino persigue la belleza expresiva, que se trabaja con conciencia y a pulso haciendo magia con la reflexión y el lenguaje, amando, puliendo y respetando las palabras… como lo hizo paciente y gozosamente Gautier, modelo de caballerosidad, nobleza, disciplina, amor por las letras y reinvención existencial.
Con su valiosa obra literaria, Gautier se convirtió en un escritor excepcional de las letras criollas, con quien tuvimos el privilegio de compartir afectos, tiempos y espacios.