La familia real británica se prepara para despedir este sábado al duque de Edimburgo, cuyo funeral se celebrará en la capilla gótica de San Jorge, en el castillo de Windsor, entre medidas de seguridad por la covid-19 y siguiendo un guión marcadamente militar ideado en vida por el propio príncipe.
Todos los detalles – desde la música que interpretará el coro que acompañará la ceremonia hasta las insignias militares que adornarán el altar, así como el vehículo Land Rover que transportará el cuerpo sin vida del consorte de Isabel II– obedecen a instrucciones precisas dadas por el marido de la soberana británica.
También los invitados -el reducido grupo de apenas 30 personas, seleccionadas de la lista original de los 800 que hubieran asistido en un mundo sin pandemia-, o las representaciones militares, responden al patrón que el propio duque solicitó para su despedida.
Un elemento con el que tal vez no contaba, según los medios, será el atuendo civil -y no el uniforme militar, como es tradición en funerales reales- que llevarán los invitados. Los varones podrán ponerse un abrigo de luto con sus medallas y las mujeres, vestido de día.
Esa decisión fue adoptada, al parecer, por la reina a fin de evitar que tanto su nieto, el príncipe Enrique, y su hijo menor, Andrés, queden excluidos de la etiqueta protocolaria. El duque de Sussex perdió todos sus títulos militares al abandonar sus funciones como parte de la monarquía el pasado año.
Durante el cortejo fúnebre se sabe ya que los príncipes Enrique y Guillermo no caminarán uno al lado del otro sino que su primo Peter Philips, hijo de la princesa Ana y el capitán Mark Philips, se situará en medio de ambos hermanos.
Desde el palacio de Buckingham, la residencia oficial de Isabel II en Londres, no se ha hecho ningún comentario acerca de esa decisión y se han limitado a observar, ante preguntas de reporteros, que no comentan “sobre las percepciones de drama».
EL ELEMENTO MILITAR, MUY PRESENTE
En declaraciones hoy a la emisora BBC Radio 4, el responsable del personal de Defensa de las Fuerzas Armadas británicas, Nick Carter, dijo que las disposiciones para el acto “reflejarán la precisión militar y, sobre todo, serán una celebración de una vida bien vivida».
“También mostrarán, creo, cuánto lo querían y respetaban las Fuerzas Armadas”, agregó Carter, que consideró que en el Ejército británico «(el duque) será muy recordado por el interés que mostraba y, por supuesto, por su buen humor, su ingenio y la empatía que siempre demostró con todos nosotros».
Las Fuerzas Armadas, de hecho, llevan ensayando durante toda esta semana su puesta en escena para mañana, cuando estarán presentes la Royal Navy (Marina), la Real Fuerza Aérea (RAF), y el Ejercito de tierra en Windsor, a las afueras de Londres.
Estos efectivos han ensayado en el Centro de Adiestramiento Militar en Pirbright, cerca de la localidad de Woking (en el condado inglés de Surrey, al sur de Londres), “The Last Post”, un tema militar con trompeta interpretado en actos solemnes. Las tareas encargadas al Ejército comenzarán horas antes del propio funeral, cuando a las 10.00 GMT efectivos del Primer Batallón de la Guardia de Granaderos de la Compañía de la Reina desplazarán el féretro del príncipe -cubierto con su espada, su capa naval y un tributo floral- desde el templo privado hasta un salón del Castillo de Windsor.
Sobre las 13.15 GMT, Guardias de la Caballería y Guardias a pie ocuparán sus posiciones en reconocimiento de la especial relación que les unía al duque. Posteriormente, la Banda de la Guardia Granadera, de la que el príncipe fue coronel durante 42 años, liderará la procesión camino de la capilla de San Jorge, seguidos de altos mandos del Ejército.
El duque gozó de una distinguida carrera en la Marina británica y pese a que dejó el servicio activo en 1951, continuó muy conectado y vinculado a la vida militar durante su vida pública. Por ello, el vehículo Land Rover diseñado por él mismo para transportar su ataúd será flanqueado por representantes de la Marina, de los Marines reales, del cuerpo de los Highlanders, del Regimiento Real del Cuarto Batallón de Escocia y de las Fuerzas Aéreas (RAF), con los que mantuvo un vínculo especial.
La llamada Artillería a Caballo de las Tropas Reales del Rey se encargará de efectuar cañonazos para marcar la duración de la procesión y también se escuchará el sonido de una campana.
Cuando la procesión llegue a su destino, la música parará y la llamada Guardia de Honor de los Rifles se encargará del saludo real mientras suena el himno nacional.