El futuro futurible II

El futuro futurible II

El futuro es por definición lo que aún no es; pero no es lo mismo una cita con el médico para la próxima semana, que un cambio geológico continental o la evolución de las galaxias. Lo futurible es aquello sobre lo que podemos discernir, hacer cálculos o intervenir. Un roble puede ser un árbol enorme, tener vida propia y ramajes múltiples. Pero siempre podremos podarlo, abonarlo, o dirigir algunas ramas para que proyecten sombra sobre una ventana. El futuro de las estrellas es inabarcable; el de una nación -siempre de gran complejidad-, es un futuro futurible. Existe el futuro “absoluto” y el futuro “futurible”, pronosticable y cuantificable.

En el año 2020, fin del próximo periodo constitucional del Presidente Danilo Medina, se cumplirán treinta años, contados a partir de 1990, esto es, un año después de la caída del Muro de Berlín y de la disolución de la Unión Soviética. Unos sucesos de carácter internacional que cambiaron las actitudes de las grandes naciones con respecto a los pequeños países como RD. Lo que toleraban los norteamericanos a Balaguer en 1986 -comienzo de sus diez años-, no lo permitieron en 1994, cuando su mandato fue reducido. La Cuba de Fidel Castro no fue la misma después de perder el apoyo económico soviético.
1989-1990 es la fecha aproximada en que se “completaron” 30 años de la desaparición de Trujillo. Otros treinta se cumplirán en 2020. Nuestro país puede muy bien progresar económicamente, o retroceder, o caer en la dictadura, o hundirse en la guerra civil. Todas estas alternativas son igualmente posibles. Las tensiones sociales por causa de la inmigración haitiana, producen, a la vez, tensiones políticas. Las “presiones internacionales” a favor de Haití determinan reacciones airadas entre los dominicanos.
Muchos haitianos importantes afirman que la unificación de Haití con RD está “a la vuelta de la esquina”. Es también una posibilidad “futurible”, pues Chequia y Eslovaquia se han unido y separado al hilo de fuerzas imperiales de esa región europea. En ocasiones sueño con sacar una mano de esta columna y agarrar algún lector por el cuello para decirle: ¿no ves todo cuanto está a tu alrededor? ¿no percibes los peligros que amenazan la sociedad en que vives?

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