El presidente de EEUU, Joe Biden, habla mientras los demás líderes escuchan en el marco de la Cumbre del G-7. EFE
También los líderes de los siete países más ricos del mundo, el G7, admitieron este domingo su preocupación por el estado de la economía mundial
Los líderes del G7 abrieron ayer domingo su cumbre en Baviera, en el sur de Alemania, entre promesas de respuestas contundentes a Moscú, comandadas por Estados Unidos y Reino Unido. El canciller alemán, Olaf Scholz, y el presidente estadounidense, Joe Biden, acudieron al castillo de Elmau dispuestos a mostrar cohesión, el término más empleado en una cumbre estratégicamente colocada entre la de la Unión Europea (UE), el pasado jueves, y la de la OTAN en Madrid, el próximo miércoles.
“Tenemos que asegurarnos de que estamos unidos y continuamos trabajando en los retos económicos a los que nos enfrentamos”, le dijo Biden a Scholz en el breve intercambio de palabras ante las cámaras, tras una bilateral previa al G7. “Todos los estados del G7 estamos preocupados por la crisis que tenemos que afrontar.
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En algunos países caen los índices de crecimiento, sube la inflación, escasean los combustibles, las cadenas de suministro se bloquean”, reconoció el canciller alemán, tras la primera sesión en formato G7. Biden, Scholz, el francés Emmanuel Macron, el italiano Mario Draghi, el canadiense Justin Trudeau, el británico Boris Johnson y el japonés Fumio Kishida posaron para la foto de familia sonrientes, sin corbata, bajo el sol y desde el imponente paisaje montañés de Elmau, a 1,000 metros de altitud.
Al anhelo de cohesión se sumó el de mostrar optimismo pese a los malos tiempos -“estamos convencidos de que sabremos dar una respuesta a los desafíos de la brutal agresión rusa”, aseguró Scholz-.
Pero mientras Biden y Johnson, a través de twitter o desde sus delegaciones, avanzaban una determinación compartida del G7 por endurecer las medidas contra Moscú, desde la UE se recordaba que había que velar porque esas sanciones no reviertan contra quienes las dictan.
El oro ruso
Antes incluso de su primera comparecencia con Scholz, Biden había lanzado ya su propio mensaje a través de su cuenta en twitter. “Junto con el G7 anunciaremos la prohibición de la importación de oro ruso, una importación mayor que genera decenas de miles de millones de dólares a Rusia”, afirmó el presidente estadounidense.
“Estados Unidos ha impuesto costes sin precedentes contra (el presidente ruso, Vladímir) Putin para quitarle los ingresos que necesita para financiar su guerra contra Ucrania”, afirmó. La idea de Biden respecto al oro ruso es compartida por el británico Johnson.