Los que hace unos días criticaron a la ADP porque abandonó nuevamente las aulas para irse a protestar frente al Ministerio de Trabajo contra la reforma al Código Laboral sometida por el Gobierno al Congreso Nacional, que en poco o nada podría afectar al gremio magisterial, el mayor sindicato del país, pueden decir ahora que es una certeza lo que antes era una justificada sospecha, pues la presencia de los partidos políticos en nuestros principales gremios, algunos de los cuales, como el Colegio de Abogados, han sido literalmente tomados por asalto, es una dolorosa realidad.
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Y eso hay que agradecérselo, porque todo hay que agradecerlo en esta vida, al expresidente Danilo Medina, quien al deshacerse en elogios a su recién electo presidente, el miembro del Comité Central Eduardo Hidalgo, dejó en claro, aunque ese no haya sido su propósito, que la ADP está bajo control del PLD y al servicio de sus intereses. Por supuesto, nadie se va a poner la mano en la cabeza alarmado porque le sorprende esa situación, que por demás el profesor Hidalgo no ha hecho muchos esfuerzos por ocultar, como tampoco se toman la molestia de ocultar los miembros de la ADP lo poco que les importa la suerte de los docentes bajo su responsabilidad.
Suena duro pero es la realidad. Son los hechos, y con ellos tenemos que lidiar nos guste o no, por lo que en algún momento habrá que sentarse a discutir en serio qué hacer con los maestros y su determinación de boicotear cualquier esfuerzo por mejorar la calidad de lo que enseñan. Que ahora sepamos con certeza que el gadejo de la ADP, su probada vocación para abandonar las aulas por cualquier quítame esta paja, está al servicio de un partido político no cambia mucho las cosas. Durante la fiesta de celebración de su victoria, en la Casa Nacional, el profesor Hidalgo declaró que el gran ganador, además de los maestros, es el PLD. Y tiene toda la razón, pero le faltó decir que, precisamente por eso, la gran perdedora será la educación pública dominicana.