El pasado viernes 25 los dominicanos recordamos el 57 aniversario del funesto e ignominioso golpe de Estado, diseñado y ejecutado por el gobierno de los EE.UU. en contubernio con la clase conservadora y la elite militar dominicana en contra del gobierno constitucional y democrático que encabezaba el profesor Juan Bosch.
En efecto, no solo se vulneró la expresión libérrima de la voluntad popular y el proceso democrático que estaba germinando en el país tras la muerte del dictador, sino, que se sentaron las bases para la posterior afrenta a nuestra soberanía y la imposición de uno de los más grandes criminales que ha visto nuestro país y su holocausto de 12 años ininterrumpidos.
Las Causas del Golpe según Bosch.
Varios años después el profesor Juan Bosch externó la tesis de que ese golpe de Estado no había sido planificado y, esgrimió como razón principal impedir que él renunciara ante la Asamblea Nacional y allí denunciara las acciones que estaba patrocinando EE.UU. en suelo dominicano en busca de derrocar a François Duvalier.
Asimismo, dijo el profesor que desde que Duvalier estableció relaciones con Polonia el presidente Kennedy comenzó a patrocinar al general exiliado León Cantave en territorio dominicano y, cuando él se enteró le dio instrucciones al jefe de las FFAA Víctor Elbys Viñas Roman para que erradicara esas acciones. Las mismas fueron reconocidas por el otrora embajador de EE.UU. en Haití Raymond Thurston.
Sin embargo, a pesar de parecer una osadía disiento en un 90% de esa tesis de Bosch pues el propio contexto histórico, político y social en el que el profesor se convirtió en presidente definía ese golpe en cuasi-predeterminado. Además, las acciones de intrigante, chismoso y agitador del entonces embajador John Bartlow Martin profundizaron esa posibilidad.
Desde esa perspectiva, no se puede olvidar que Bosch venia de haber fundado la Legión del Caribe junto a Figueres, Arévalo y Grau San Martin organización político-militar que buscaba imponer la democracia en Latinoamérica deponiendo a los mismos dictadores que EE.UU. sacaba de su escuela de las Américas. Llegó a la presidencia de un país profundamente dividido entre Tutumpotes e hijos de Machepa como él mismo lo describió; y tampoco cambió la elite militar conservadora imperante.
Las Causas Endógenas y Exógenas.
En sus 210 días el profesor firmó acuerdos millonarios con las empresas europeas Oversea”s, General Electric y la Kaiser Corporation para construir las presas de Tavera y Valdesia, las carreteras de conexión y electrificar todo el país con ello dejando de lado las empresas de EE.UU. Y, proclamó una constitución progresista que iba en consonancia con su discurso.
De igual forma, no se puede olvidar que para finales del 50 comenzó el crecimiento del polo soviético, se profundizó el sentimiento antiimperialista en África y Asia, aumentaron las contradicciones entre los países capitalistas y el triunfo de la revolución cubana generó un efecto dominó en toda la región.
Es precisamente en ese escenario en el que Bosch salió electo presidente 52 días después del conflicto de los misiles en Cuba, en plena interrupción de la 2da ola democratizadora y en medio del apogeo de la Guerra Fría. Por eso, el embajador George Kennan presentó su estrategia de contención temprana para evitar la expansión comunista en el hemisferio.
Además, una figura de las condiciones intelectuales del profesor Bosch y ampliamente reconocido en el exterior al que vendieron sus enemigos como comunista representaba una gran amenaza para los intereses de EE.UU. en la región; sobre todo, en un momento en que el Caribe era frontera imperial como él mismo lo definió
Las Secuelas de esa Ignominia.
Ese funesto acontecimiento nos hizo tanto daño que nos legó una buena parte de todo el estercolero que vivimos hoy y esas institucionales minusválidas, sentó las bases para que los esbirros asesinaran todo pensamiento disruptivo, vibrante y preconizador de un país mejor. Hoy solo nos queda salvo honrosas excepciones mucha ñeca concentrada y todos perdidos en el ¡Yo soy!
Cual, si fuera poco, hasta escribir y recordar este oprobio nos convierte en desfasados o en un socialista trasnochado que vive en las añoranzas del hermano mayor. Pues, increíble y paradójicamente tenemos tantas legiones de tarúpidos con el síndrome de Estocolmo; que precisamente el expresidente John F. Kennedy es uno de los más admirados por los dominicanos.