Ginebra.- El grupo yihadista Estado Islámico (EI) ha asesinado «a sangre fría» en las últimas tres semanas a casi un millar de personas en Irak, ha secuestrado a más de 2.500 y está reclutando activamente menores de edad para usarlos como «escudos humanos», dijo hoy la ONU.
«Estos crímenes incluyen asesinatos programados, conversiones forzadas, secuestros, esclavitud, abusos sexuales, destrucción de lugares de culto y del lugar de comunidades enteras por su afiliación étnica o religiosa».
Según los datos de la ONU, sólo en la provincia de Nínive «cientos de yazidíes fueron asesinados y hasta 2.500 secuestrados a principios de agosto».
«Aquellos que aceptaron convertirse fueron mantenidos bajo arresto. Los que rechazaron convertirse, los testigos cuentan que los hombres fueron ejecutados, mientras que las mujeres y los niños fueron convertidos en esclavos y entregados a los milicianos del EI», agrega el comunicado.
Asimismo, en el pueblo de Cotcho, en el sur de la ciudad Sinyar, el EI secuestró a «cientos de yazidíes» el pasado 15 de agosto.
Los yazidíes son una minoría religiosa a la que el Estado Islámico amenazó con la muerte en caso de que rechazaran convertirse al islam.
Asimismo, Pillay denunció «la masacre» de al menos 650 reos de un grupo de unos 1.500 en la prisión Badoush de Mosul.
Según el relato de supervivientes y testigos, hombres armados de EI pidieron a los reos que se separaran entre los que pertenecían a la creencia suní del resto.
Los suníes fueron separados del grupo principal y alejados del lugar. Cuando estos habían partido, los milicianos abrieron fuego y mataron a unos 650 de los reos.
«Estos asesinatos de civiles, sistemáticos, intencionados y a sangre fría, pueden constituir crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad», afirmó Pillay.
Por otra parte, los expertos de derechos humanos que componen la misión de la ONU en Irak han podido verificar que el EI está reclutando forzadamente a menores de edad (a partir de 15 años) «para usarlos como escudos humanos».
Pillay también advierte de la posibilidad de «una masacre inminente» de la comunidad de turcomanos chiíes de la provincia Amirli in Salah al-Din -entre los cuales se encuentran 10.000 mujeres y niños- a los que el grupo yihadista mantiene bajo sitio desde el pasado 15 de junio.
Los residentes tienen muchas dificultades para proveerse de comida y agua, y sufren una ausencia total de servicios médicos.