No hay lugar para héroes, mártires, súper hombres o fuerzas que pudiesen detener la modificación objetiva de los daños colaterales que va dejando la pandemia en cada país, a los seres humanos y en las expectativas de vida que cada quien había planificado.
Las adversidades van desde lo económico: recesión decrecimiento, inflación, bajo consumo, y endeudamiento de cada país, lo que limitará su desarrollo socioeconómico, pero también impulsará a tener que aplicar políticas fiscales para buscar más recursos y cumplir con los servicios y el desarrollo sostenible en las áreas más prioritarias.
El coste social de la pandemia ha reproducido de forma masiva desempleo, pobreza, pérdida de ahorro, quiebra de medianos y pequeños negocios, frustración colectiva, desesperanza, paralización del emprendimiento y de la creatividad.
Pero los daños colaterales han impactado al sistema sanitario, agotando su presupuesto, desgastando su personal, enfermándole, haciéndole vulnerable y riesgoso por estar en la línea de batalla, donde se visibilizan las tragedias humanas, el dolor, el sufrimiento en el día a día.
El personal de salud está agotado, contagiándose y estresado. Necesita mejores estímulos, ambientación, buena alimentación, descanso, recreación, soporte psicoemocional y más nombramiento del personal de salud.
El sistema educativo es otra área afectada. Se ha planteado el inicio escolar protegiendo a los niños de contagios. Estoy aconsejando, antes de hablar de matemáticas, historia, lenguaje, etcétera, se debe empezar con dinámicas que ayuden a los niños a desestrezarse y superar duelos por la covid 19: teatro pantomimas, drama, canciones, exposiciones, en fin, hacer que cada escuela y cada niño o niña supere su estrés y sufrimiento por estar alejado de su escuela y de sus amigos.
Las otras áreas impactadas han sido lo social, la afectividad, la psicológica, la emocional y el comportamiento de una colectividad que ha tenido que adaptarse a un nuevo orden de convivencia. Esa restricción en la socialización, al desapego emocional, el aislamiento emocional, teniendo como consecuencia el aumento de la angustia, la ansiedad, depresión, estrés postraumático, insomnio, inadaptación y falta de empatía emocional.
Sin embargo, la pandemia ha creado un proceso de confusión, de desesperanza en un colectivo que se ha quedado sin propuestas en la solución de alternativas laborales, de productividad, desempeño y de saber cuándo puedo volver a una normalidad con buenos niveles de seguridad y de alternabilidad en la solución de problemas. Resumiendo, la sociedad tiene impactada la economía, la salud, educación, el desempleo, las respuestas que le generen confianza, seguridad frente a la adversidad.
Estos son tiempos de liderazgo con visión holística, de respuestas consensuadas, proactivo y focalizado en el “aquí” y el “ahora”. Ponderando en prioridad la salud, la economía y la ayuda social a los sectores más vulnerables. No hay tiempo para distraerse, desenfocarse, responder con prisa, pero nunca enfriarse ni caer en la apatía social.
Cada país, cada sociedad está buscando respuestas a la crisis de la covid 19 En lo que llega la vacuna, los países que controlen el contagio, la prevención y el comportamiento de sus ciudadanos serían los de mejores resultados. Además, los que tengan mejor prioridad con el gasto, puedan ahorrar más y hacer distribución con equidad y con eficacia, mejor será su pronóstico.
Literalmente, son tiempos de desafíos, de voluntades, de guerreros y de valientes en todas las órdenes. Pero también, son tiempos de sacrificios y cambios en los resultados de vida, para volver a construir esperanza, seguridad y confianza. Los líderes con visión y misión saben “qué hacer, cuando otros no saben qué hacer”, son optimistas, generan compasión, bondad, entusiasmo y movilizan al colectivo social a desarrollar las habilidades y destrezas para salir de la crisis y de las circunstancias.
Son tiempos y lugares para gerentes y líderes enfocados en soluciones, en abrir puertas, en estimular el cerebro y activar el músculo social. La pandemia pasará, las adversidades serán menores, el aprendizaje y las vivencias nos seguirán acompañando por más tiempo y nos ayudarán a todos a hacer más resilientes y más fuertes.
La proliferación de la insensibilidad social asumida por grupos que asumen conductas de alto riesgo, de desafío en la pandemia, hay que buscarle soluciones, ya sea con medidas más verticales y acompañadas de propaganda de sensibilidad social.