En la ciudad hay otros entornos que también deben sanerarse
El arrabal de la Duarte con París ha sido una preocupación de los capitaleños desde hace algunos 30 años. Las promesas fueron y regresaron y en el camino se construyó a tropezones una Plaza del Buhonero que no resolvió el problema: andar en la zona, de hecho, da dolor de cabeza.
La primera vez que conduje mi automóvil por el área casi me infarto: gente por todos lados, mercancías, un tapón infernal y el miedo de chocar a cualquiera de los compradores que se tiraban encima de uno. Juré no volver aunque me tocó hacerlo alguna vez.
Pensar en la idea de poder caminar por una Duarte con París organizada es como un sueño, dados todos los fracasos de sus proyectos de rescate: el primero de ellos fue el de Rafael Corporán de los Santos, quien dirigió la ciudad en la gestión de 1990-1994.
Cuando David Collado dejó la Alcaldía del Distrito Nacional, hace poco más de un año, pensamos que el proyecto que tanto había anunciado cuando fue alcalde se iría a pique. Dos años y medio después de hacer el primer anuncio, sin embargo, regresó con el presidente Luis Abinader y la alcaldesa Carolina Mejía.
Los trabajos iniciaron esta semana, a tan solo 30 años del primer anuncio, y si el presidente Luis Abinader entrega la vía tendremos que hacerle una fiesta porque habrá pagado una duda casi eterna.
Ojalá que el ímpetu de la Duarte con París traslade a otros espacios que deben ser recuperados también, como la calle El Conde, que se cae a pedazos a pesar de la cantidad de turistas que la caminan. Igual los entornos de la Mella, la Duarte y el parque Enriquillo, que son otros espacios que nunca suelen estar lindos.
Un espacio que urge ser tomado en cuenta es El Conde, que es transitado por los turistas cada día