El lugar equivocado

El lugar equivocado

Claudio Acosta

Uno no va a todas las fiestas a las que nos invitan. Y eso vale también para los políticos, que como quieren estar, como el arroz blanco, hasta donde no han sido convidados, corren el riesgo de encontrarse en el lugar equivocado en el momento equivocado. Más o menos lo que acaba de ocurrirle al expresidente Leonel Fernández, quien desde que anunció su decisión de participar como observador en las elecciones de Venezuela, correspondiendo a una invitación del Consejo Nacional Electoral, ha recibido fuertes críticas y no solo aquí, en su propio patio, sino también en el exterior. Fue el caso del expresidente de Colombia Andrés Pastrana, quien al enterarse de la invitación que se le hizo a Fernández y a los también expresidentes Ernesto Samper, de Colombia, José Rodríguez Zapatero, de España, y Omar Torrijos de Panamá, los bautizó como “Los cuatro jinetes del Apocalipsis”.

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Esas críticas subieron de tono cuando se hizo evidente la intención de Nicolás Maduro, con la prohibición de viajar a Venezuela de un grupo de expresidentes latinoamericanos que iban a darle seguimiento al proceso invitados por la oposición, de producir el grosero fraude que hoy mantiene en la incertidumbre a la sociedad venezolana. Cuando el Consejo Nacional Electoral lo proclamó ganador con un 51% de los votos, fui de los que se preguntó si el doctor Fernández sería capaz de avalar esos resultados.

La respuesta se produjo ayer en la madrugada, cuando el exmandatario emitió un documento, que también suscribe el expresidente Samper, solicitándole a las autoridades venezolanas publicar la totalidad de las actas de escrutinio, como demanda la comunidad internacional. Con ese comunicado el líder de la Fuerza del Pueblo se salió de debajo de una patana, como decimos popularmente por aquí, pues resulta evidente que sus amigos bolivariamos querían utilizarlo de preservativo para perpetrar, con su aquiescencia, otra burla más a la democracia y a las ansias de libertad del pueblo venezolano.