Existe una obra de la extraordinaria artista pictórica dominicana Ada Balcácer. Ella la tituló “El mago del paisaje”. Por cierto, el cuadro ha sido una de las pinturas más premiadas y exitosas en la historia pictórica del país.
Las Naciones Unidas, cuando Javier Pérez de Cuéllar era su Secretario General y el Banco Mundial en el año 1989 le otorgaron un premio y la proclamaron como “la mejor obra pictórica de un artista en el continente americano” para ese año. La ONU, con imagen del cuadro ha confecionado millones de copias en forma de cachets y sellos, el cual venden a los coleccionistas. Esa es una de las formas como la ONU recauda fondos para apoyar los proyectos culturales.
A Benjamin (Bibi) Netanyahu hay que nombrarlo también “El mago del paisaje”. El Primer Ministro de Israel logró un resultado casi imposible, al dar vuelta a una tendencia que lo llevaba a una derrota segura en las pasadas elecciones de hace dos semanas, pero para lograr su supervivencia y vigencia, ha pagado un alto costo que estratégicamente podría ser en el futuro una calamidad muy grande al estado israelí.
Su estrategia de fin de semana (antes del martes 17, día de las elecciones) fue genial, viendo que el triunfo se le escapaba como agua entre los dedos, recurrió al fuego interno dentro de su coalición de derecha nacionalista. Atemorizó con la posibilidad de que las izquierdas, junto con los árabes-israelitas estaban al punto de tomar el gobierno y proclamó que en un gobierno suyo, el estado palestino no tenía paso. Una jugada maestra, precipitó que a la hora que se estaban cerrando las urnas, las derechas temerosas salieran en bandadas a votar por el partido que garantizara que eso no ocurriría, por supuesto, el partido de Bibi.
El resultado fue increíble: 1.- Likud (derecha nacionalista) 30 escaños. 2.- Campo Sionista (Centro Izquierda) 24 escaños, 3.-Lista Común (minoría árabe) 13 escaños, 4.- Yesh Atid (Centro) 11 escaños, 5.- Kulanu (Centro derecha) 10 escaños, 6.- Habait Halehudí (derecha nacionalista) ocho escaños, 7.- Shas (ultra ortodoxo Safari) siete escaños, 8.- Judaísmo Unidos de la Tora (ultra ortodoxo askenazi) seis escaños, 9.- Israel Beitenu (derecha nacionalista) seis escaños y finalmente, 10.- Meretz (social democracia pacifista) cinco escaños.
Las repercusiones se sintieron por todo el mundo, Obama, lo vino a felicitar dos días después y, aunque hablaron en privado por treinta minutos, se especula que Obama advirtió que podría revisar la posición de los Estados Unidos en las Naciones Unidas con respecto a aceptar a Palestina como miembro de ese foro mundial. En otras palabras, volver al concepto de dos estados, como creó ese organismo los dos estados en 1948.
Creo que, aunque el problema palestino es serio, el epicentro del desacuerdo de Obama y Bibi es Irán, las relaciones de Obama y Bibi nunca han caminado parejas. Actualmente se encuentran en su punto más bajo. La intervención de Bibi en el Congreso Americano, denunciando que el acuerdo que negocian varias potencias mundiales con Irán es un acuerdo malo, no contribuyó a mejorar las relaciones; al contrario, las empeoró. Esa intervención en el Congreso Americano no le ganó un solo voto en las elecciones pasadas y, en realidad, creo que lo perjudicó electoralmente hablando. Ahora se complicarán más las cosas con la visita de Boehner a Israel a fines de este mes.
Algunos analistas insisten en que, “usted nunca debería pelear con su banquero” y como sabemos, el banquero de Israel es Estados Unidos. Pero esto no es gratis, Israel es la única democracia que los EEUU pueden mostrar en esa región. Y es, su gran aliado para contener algunos gobiernos díscolos que existen en esa región.
Yo no sé cómo lo hará, pero no lo duden, el mago del paisaje, hará como lo ha hecho siempre, resurgirá de sus propia cenizas como el ave Fénix y alcanzará los picos más elevados de la política internacional y remontará.
El dilema mío es grande, como fundador del Partido Demócrata de los EEUU en el país y pasado miembro del DNC por seis años, apoyo la agenda de mi Presidente Obama, pero, como Presidente de la Cámara Domínico-Israelí de Comercio, tengo la inteligencia e intuición para entender la agenda de seguridad nacional de Bibi.
Espero pues, se tienda un puente entre estos dos grandes líderes de la democracia occidental y encuentren ambos, terrenos fértiles de común entendimiento. Las democracias en Estados Unidos e Israel lo merecen. Ese rol de conciliación muy bien lo podrían jugar los amigos Judíos que siempre han ayudado al partido Demócrata en Washington, que son muchos. ¡Yo conozco algunos!.