‘El Men’ fundó y dirigió Batton Ballet Sto. Dgo.

‘El Men’ fundó y dirigió Batton Ballet Sto. Dgo.

Estando él vivo se extinguieron su nombre y su apellido. Los sustituyó un apodo. Pocos vecinos, conocidos, amigos, lo recuerdan por santo y seña con que lo bautizaron. Fue al dedicarle la calle donde vivió cuando se enteraron de sus generales. Aun así, la mayoría desconoce quien fue Rafael Gómez, pero al citar su apelativo reaccionan: “¡Ah, El Men! ¡Claro!”.

Fue un personaje de luces y sombras; sin embargo, en el sentimiento de moradores consultados prevalece un sentimiento de gratitud y exaltación a las obras humanitarias, sociales, culturales, que dicen realizó el homenajeado por el bien de la comunidad.

Es posible que la ordenanza del Ayuntamiento del Distrito Nacional que lo reconoció le atribuya un mérito que probablemente no tenga: haber sido “propulsor de la Primera Feria del Libro”.

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Lo que es indiscutible es que fundó y dirigió el “Batón Ballet de Santo Domingo”, en el que participaron menores y adolescentes del ensanche La Paz, del que fue uno de los fundadores, según la resolución edilicia. Quienes conocieron el grupo afirman que “era un espectáculo extraordinario, primero en la capital”.

Sobre “El Men” conversaron Justina Tavárez (Cucha) que durante cinco años ayudó en los quehaceres domésticos en la casa materna de Gómez; Lucinda Polanco viuda Avelino, educadora que fue a su vez discípula de El Men y que se refiere a él con admiración y respeto. Fue maestra de Daniel, el hijo menor de Gómez. Y Joan Paulino, quien también lo enaltece.

Porque otros opinaron que no es digno de la distinción por supuestas actuaciones cuestionables de su vida. Y presentaron sus protestas al cabildo.

Lucinda, de mente abierta y pensamiento liberal, expresa que “todas las personas tienen facetas positivas y negativas, es mezquino destacar lo oscuro. Si nos ponemos a ver, hay quienes han hecho trabajos comunitarios en el sector, y si vamos a buscar la parte desfavorable, nunca le pondríamos su nombre a una calle”.

En cuanto a “El Men”, “solo puedo hablar de su lado positivo”, expresó. Consideró que tal vez al final de sus días observó una conducta censurable producto de demencia y otros males que padeció. “Pero eso fue en sus últimos años de vida, hay que destacar lo bueno que hizo por nosotros y por el barrio”.

Manifestó que fue un hombre preocupado por la sociedad y que aprendió mucho de sus enseñanzas. “Siempre nos cuidaba”.

Para Joan Paulino, “El Men” estaba presente en el dolor y en las alegrías. Cuando alguien del lugar fallecía se ocupaba de los funerales, pero, a la vez, llevaba carpas, tarimas, orquestas, intérpretes como Wilfrido Vargas, Johnny Ventura, Anthony Ríos en días festivos, fines de semana, fiestas patronales. Agrega que organizaba, además, torneos deportivos y procuraba alimentos y medicina a los enfermos. En una ocasión llevó como invitado a José Francisco Peña Gómez, dijo.

“Nunca vi que hiciera daño a nadie, lo que hacía era el bien. Nací y me críe aquí, está muy bien que le dedicaran una calle”. Joan era su vecino.

¿Quién era? Sobre Rafael Gómez no se obtuvieron más datos. En La Paz no hay fotos suyas. Cucha solo sabe que su madre era llamada Ventura, y que El Men tuvo dos hijos, Carlos y Daniel.

Tanto la madre, como Daniel, murieron electrocutados en diferentes fechas, informaron los entrevistados.

“Él venía de pasada, se fue desde que murió la doña”, manifiesta Cucha. Lo describe “alto, indio, despierto. Su mamá lo quería muchísimo” y evoca la coreografía del batton ballet, “con todos sus equipos y muchachos y muchachas desfilando por las calles. Estaba todo el tiempo trabajando”.

Lucinda afirma que “niños, jóvenes y ancianos” se beneficiaron del trabajo social y cultural de El Men, que también llevaba películas al barrio.

De él solo quedan remembranzas. Ya no existe la casa donde residió.

La calle

El 26 de noviembre de 2020 fue denominada “Rafael Gómez (El Men)” la antigua Calle 4 del ensanche La Paz. La ordenanza consigna que fue “un destacado gestor cultural, fundador del Batton Ballet de Santo Domingo”, que se ocupó “de la formación cultural de niños, niñas y adolescentes, propulsor de la Primera Feria del Libro, uno de los fundadores del sector La Paz”. La Junta de Vecinos solicitó la designación. “Es merecida, ahí estuvo el local de sus actividades, ahí lo conoció todo el mundo”, consideró Lucinda, su aventajada exdiscípula.