El año pasado, escribí un artículo titulado “El merengue, atractivo para el desarrollo del turismo dominicano”, en el cual relato un trabajo, escrito por Johnny Ventura en la revista “Turismo Dominicano” con el título “El merengue y el turismo”, y donde cuenta cómo nuestro principal género musical contribuyó en la llegada de turistas al país.
Quiero decir que, más que sus recursos naturales, como las playas, existen otros atractivos aquí que motivan al visitante ir a un país, ya sea por la historia cultural o religiosa de esa nación.
En la República Dominicana, tenemos dos ritmos que han contagiado al mundo, desde China hasta la India, y desde Argentina a Rusia, siendo los rusos los primeros en establecer el récord de más parejas bailando merengue.
Nuestra cultura es un atractivo para otras naciones; por ejemplo, existen más de dos mil escuelas de bachata en Europa, donde miles asisten para aprender nuestro ritmo.
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Es necesario que se construya un museo donde se hable de nuestros géneros y sus diferentes características; es decir, merengue típico, clásico y hasta el merengue de calle que tiene buenos intérpretes.
También, la bachata tiene una gran historia, ya que a sus inicios sufrió discriminación, y hoy es aclamada en todos los continentes..
Ha llegado la hora de que los ministerios de Cultura y de Turismo una sus fuerzas para que nuestros géneros tengan un lugar donde se exponga la historia de los creadores de estos ritmos; porque estoy seguro de que despertará un interés para los visitantes.
Indiscutiblemente, una imagen de Dionisio Mejía (Guandulito), González Alvarado Pereira (Bartolo Alvarado o El Ciego de Nagua), Francis Santana o el mismo Johnny Ventura, nos transmitirán en un museo una radiografía de la historia del merengue.
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Asimismo, de Leonardo Paniagua, Luis Segura y Antony Santos que representan la bachata.
Hemos llegado lejos con nuestros ritmos, pero debemos decirle al mundo que es de nosotros; además de que lo apoyamos, y con la creación de un museo debe iniciar, pues sería una motivación para nuestras generaciones futuras. La güira, la tambora, la guitarra y la conga son el escudo de los artistas que por años nos han dado éxitos, y el Estado debe reconocer esta labor y, a la vez, tener un atractivo para los turistas.