El miércoles 25

El miércoles 25

El hecho marcó generaciones. La infancia y adolescencia de entonces, que crecía en las zonas urbanas guarda, de alguna manera,el recuerdo de aquella incertidumbre. Demasiado para una nación con 3,145,732 millones de habitantes que intentaba recuperarse del espanto trujillista. Fue la mezcolanza de júbilo y pena, ilusión y tristeza, luto y alegría.Choque entre realidad e imposible. Fue tan rápido todo, tan intenso. 56 años después, es difícil transmitir la vivencia, solo la historia, el texto, a veces avieso o interesado, puede acercar a los hechos, a la narrativa del nuevo mundo, con su epifanía y su tragedia, su entusiasmo y decepción.
El miércoles 25 servirá para rememorar, empero, sin antecedentes, el homenaje es desperdicio. Si la organización de un proceso electoral inédito fue sorpresa y satisfacción por el resultado, la expectativa de fracaso no. Presintieron el desenlace y decidieron ejecutarlo. El triunfo de Juan Bosch Gaviño fue certeza inquietante. Las urnas recibieron una cantidad extraordinaria de votos. No hubo impugnación. Contra el 59% de 1,054, 944 de votos válidos el reclamo ocurriría siete meses después.El discurso inaugural del candidato que obtuvo un caudal de votos difícil de superar auguraba el inicio promisorio de la democracia en un erial que desconocía la práctica.
“No espere nadie el uso del odio mientras estemos gobernando. Nosotros estamos aquí con la decisión de trabajar, no de odiar; dispuestos a crear, no a destruir; a defender y a amparar, no a perseguir. Pongamos todos juntos el alma en la tarea de acabar con el odio entre los dominicanos como se acaba con la mala yerba en el campo que va a ser sembrado; pongamos todos juntos el alma en la tarea de edificar un régimen que dé amparo a los que nunca lo tuvieron, que dé trabajo a los que buscan sin hallarlo, que dé tierras a los campesinos que la necesitan, que dé seguridad a los que aquí nacen y a todos los que erran por el mundo en pos de abrigo contra la miseria y la persecución”.
Esos párrafos del discurso del presidente, correspondían a todo lo expresado durante la campaña electoral. Demasiado peligro. Por eso el menjurje opositor actuó. Periodistas, la jerarquía católica, los empresarios, la Asociación de Industrias, agrupaciones nuevas como la Acción Dominicana Independiente, el Comité Cívico Anticomunista, todos a una organizando el repudio al gobierno de Bosch. Para esa minoría, el 59% de 1,054, 944 de votos válidos nada significaba.Y en consecuencia, ocupó las calles, amenazó, mintió y asustó. El golpe de estado,ejecutado el 25 de septiembre del año 1963, contra el gobierno constitucional presidido por Juan Bosch Gaviño, se gestó sin disimulo, con el respaldo de los grupos que veían el fantasma de Cuba en cualquier manifestación democrática y consideraba una agravante el texto de la Constitución del 1963. Y en nombre de la supremacía de los buenos, de los nimbados que no se exponen al escrutinio, sino que se imponen, mandan, deciden, 25 militares y 7 dirigentes de los partidos políticos,creados después del 30 de mayo del 1961,desconocieron,mediante un comunicado y un acta notarial, la voluntad popular.
En el numeral 4 del comunicado que ratifica la ilegalidad se lee: “Que se deben considerar, desde este momento, disueltas las Cámaras Legislativas actuales, y sin calidad para realizar ninguna función del poder, por cuanto es obvio, según público consenso, que ellos no representan ya la mayoría ocasional que obtuvieron en los comicios del pasado diciembre.” “Inexistente la última Constitución de la República, votada por la Constituyente surgida de las últimas elecciones generales” y, declara “depuesto el actual Gobierno de la República”. Así tan fácil, ocuparon el solio como si fuera heredad. Así comenzaron a reescribir, con palotes torvos, la saga interminable de la violencia. Insistieron, sin prever que abril del 1965 estaba a la vuelta de la esquina y pretendía redimir la insensatez, aunque fracasó. Ocurrió hace 56 años, no hubo responsables, ni condenados. Quedan cruces y la legendaria connivencia.

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