El minibús invisible

El minibús invisible

Claudio Acosta

A nuestros jefes militares les encanta decir, cada vez que se les presenta la oportunidad, que en la frontera todo está “bajo control”, que se mantiene una celosa vigilancia en la zona “para garantizar nuestra integridad territorial y nuestra soberanía”, pero con más frecuencia de lo deseable los hechos se encargan de demostrar lo contrario, al menos en lo que se refiere al ingreso ilegal al país de ciudadanos haitianos, una “invasión silenciosa” que no se detiene ni la detienen.

El chofer del minibús que transportaba 28 haitianos ilegales con los que salió desde Comendador hacia Santo Domingo y logró “burlar”, antes de ser mandado a detener por la Policía en la carretera Azua-San Juan, ¡13 puestos de chequeos militares!, es el más reciente ejemplo de lo que acabo de afirmar. La crónica del veterano periodista Manuel Espinosa Rosario, corresponsal de HOY en San Juan, cuenta que tras ser mandado a detener el chofer del minibús abandonó el vehículo y escapó en un carro blanco que lo venía escoltando, pero los ilegales que transportaba fueron detenidos y entregados a Migración “para los fines correspondientes”.

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A cualquiera que le pregunten cómo cree que ese chofer logró cruzar esos trece chequeos militares cargado de haitianos ilegales dirá, sin pensarlo mucho, que pagó peaje para que no los vieran, y a falta de otra explicación posible habría que darle la razón. Por eso hay tanta gente convencida, más que nada porque las evidencias así lo confirman, de que por un lado saca Migración a los haitianos ilegales, mientras por el otro, y a veces hasta el mismo día, esos haitianos regresan al país de la mano de los traficantes y la “colaboración” de los militares que deberían detenerles.

Eso convierte las deportaciones en un ejercicio inútil, además de costoso, de nuestra soberanía migratoria, mientras el problema no para de crecer delante de nuestros ojos. Y vuelve a demostrar, una vez más, que si está de ese tamaño no es solo culpa de los haitianos que huyen de la miseria que los acosa.