SANTIAGO. Los hermosos jardines que rodean el Monumento a los Héroes de la Restauración están sostenidos por frondosos árboles, gramas verdes y las plazoletas que lo hacen único y de una exuberante belleza natural.
La arquitecta Danna Fermín, junto a otros profesionales del área, fue la responsable de los diseños de las Plazoletas ubicadas en las zonas exteriores del Monumento y que resaltan costumbres y tradiciones de esta ciudad.
El interior del Monumento es un museo sobre los héroes de la Restauración y toda nuestra idiosincrasia como pueblo, que ama y vibra con su música, el carnaval y sus coches.
El recorrido inicia en el primer nivel o lobby, donde encontramos seis imponentes esculturas tamaño heroico reúnen a los intelectuales, pensadores, civilistas y colaboradores de la gesta que con las seis esculturas más las quince, en la parte exterior, suman veintiuna esculturas de tamaño heroico que conforman el conjunto representativo de las más eximias figuras de la gesta.
En el segundo nivel hay un museo visual –único en el Caribe- con influencia didáctica sobre el proceso restaurador. Se trata de cuatro instalaciones gigantes, concebidas con realismo fulgurante, que explican momentos especiales de la gesta y de la historia dominicana con sus principales personajes.
Este nivel también permite disfrutar los importantes murales del artista español José Vela Zanetti, pintados entre 1952 y 1953 exclusivamente para el Monumento.
El tercer piso acoge un completivo del segundo, otras seis obras del pintor José Vela Zanetti, quien fue seleccionado para las realizaciones que se preservan en el Monumento, por su maestría y reputación en la interpretación de temas dominicanos.
En este piso se encuentran también las instalaciones del primer Gobierno Restaurador, Táctica de Guerra de Guerrilla, Duarte ante dos Muertes, Homenaje a los Restauradores.
El cuarto nivel está preparado para una doble función; la administración del Monumento y la otra es la ubicación de una biblioteca con bibliografía sobre la Historia de la Restauración, de Santiago y las restantes provincias del Norte. Está concebida como sala de lectura, fundamentalmente al servicio del público.
El último nivel, el quinto, que corona la torre con su ángel mirando hacia el viejo casco urbano, y cuya alegoría es la de sus brazos abiertos y elevados, ofreciéndole paz a la población.
Al mirador monumental lo define su circular terraza dotada de telescopios y un recinto con pinturas decorativas ejecutadas directamente por José Vela Zanetti, e igualmente un conjunto de obras de grandes proporciones de seis pintores contemporáneos. Aquí el visitante podrá disfrutar las esculturas ubicadas en las plazoletas, más otras nuevas, con todo su colorido y con diseños originales. Como son: Robalagallina espectacular o de fantasía (Raudy Torres), Marchante, lechón pepinero, lechón joyero, lechón de Pueblo Nuevo, lechón mono.
En el exterior encontramos La plazoleta “Tradiciones Santiagueras”, ubicada en el extremo derecho, suroeste y es el más vivo homenaje realizado hasta el momento, de forma permanente, a las singulares costumbres y tradiciones de la ciudad de Santiago, compuesto por un coche tirado por un caballo, en tamaño y dimensión original, en honor a este tradicional medio de transporte santiaguero, que sigue siendo a través de los años un símbolo de la Ciudad Corazón.
Sobre el coche, tirando las riendas del caballo un cochero excepcional: el maestro Julio Alberto Hernández, celebrado compositor de piezas fundamentales de la música folclórica dominicana, y como pasajeros, la destacada educadora Ercilia Pepín y el gran propulsor del folklore santiaguense, don Tomás Morel.
Simulando un desfile, figuran las esculturas del Lechón Pepinero (del sector Los Pepines) el Lechón Joyero (del sector La Joya). El Robalagallina Tradicional, representado por el fenecido personaje popular Mochila, y el Robalagallina de fantasía o espectacular, representado por el conocido Raudy Torres, su creador. En el desfile llega la marchante, placera o pregonera, figura destacada de la tradición santiaguera.
Plazoleta de las Águilas Cibaeñas: en homenaje a un equipo de béisbol. La “pelota es una de las tradiciones más vivas de Santiago, la integra los once jugadores que con sus hazañas han construido parte de la gran historia de las Águilas Cibaeñas como Julián Javier, Winston –Chilote-Llenas, Julito Martínez, Roberto Peña, Tony Peña, Miguel –Guelo- Diloné, Félix Fermín, Arnulfo -Nino- Espinosa, Stanley Javier, Ramón Arturo Peña y Franklin Taveras.