MOSCÚ. Norteamérica albergará la Copa del Mundo de 2026, luego que los miembros de la FIFA se inclinaron por la seguridad financiera y el aparato organizativo de la candidatura de Estados Unidos, México y Canadá sobre las arriesgadas propuestas de Marruecos para el primer torneo que disputarán 48 selecciones.
La máxima cita del fútbol se escenificará en tres países distintos del hemisferio norte tras obtener 134 votos sobre los 65 de Marruecos en el Congreso de la FIFA en Moscú el miércoles.
El voto de las federaciones nacionales fue en público, en contraste al hermetismo que acompañó al proceso de 2010, cuando los directivos de la FIFA otorgaron las sedes respectivas de los torneos de 2018 y 2022 a Rusia y Catar.
Estados Unidos, cuyo anterior Mundial fue en 1994, albergará 60 de los 80 partidos en 2026, en un torneo que será ensanchado con 16 equipos adicionales en la competición. México y Canadá tendrán 10 partidos cada uno. Toda la actividad se concentrará en Estados Unidos a partir de los cuartos de final.
“Muchísimas gracias por este honor increíble”, recalcó Carlos Cordeiro, presidente de la federación de Estados Unidos. “El fútbol es el gran ganador hoy. Será un privilegio organizar el Mundial de 2026”.
México será el único país del mundo en haber albergado partidos de tres mundiales distintos. Fue anfitrión en solitario en 1970 y 1986.
“Los mexicanos tenemos mucha pasión por el futbol, nos gusta involucrarnos en las copas del mundo”, afirmó el presidente de la federación mexicana, Decio de María. “Nos gusta tomar parte en los festivales. Van a llegar más y seguirán llegando más”.
Además, el Estadio Azteca apunta para ser escenario de un Mundial por tercera ocasión.
“Al Azteca hay que darle un ramo de flores”, resaltó de María. “Es el abuelo y será su tercer mundial y tercer inauguración. A los abuelos hay que respetarlos, hay que consentirlos y hay que aplaudirlos”.
Canadá, por su parte, será sede del Mundial masculino por primera ocasión.
El presidente estadounidense Donald Trump tuiteó su beneplácito: “Estados Unidos, junto a México y Canadá, acaban de conseguir el Mundial. Felicidades – ¡fruto de mucho trabajo!”
Aunque Trump mantiene diferencia con las autoridades de Canadá por aranceles y con México por proponer un muro en la frontera, los mandatarios no se involucraron demasiado en la candidatura. Incluso si Trump logra ser reelegido, su presidencia culminará antes del Mundial 2026.
La promesa de generar 14.000 millones de dólares en ingresos ayudó a convencer a los votantes, además de no tener que abocarse a costosas obras de construcción al estar listos los 16 estadios en Norteamérica.
En contraste, Marruecos se antojaba como un destino demasiado arriesgado como anfitrión, dado que sus 14 estadios tenían que construirse o ser renovados como parte de una inversión de 16.000 millones de dólares en nuevas infraestructuras. Se trata de la quinta vez que Marruecos fracasa en un intento por obtener la sede del Mundial, con Sudáfrica como el único anfitrión del continente en la edición de 2010.
Aunque Marruecos estimó que los ingresos por venta de entradas y demás derechos alcanzarían los 1.070 millones de dólares, según un estudio de la FIFA, Norteamérica podría producir sobre los 2.000 millones en ingresos adicionales.
Puerto Rico figuró entre los miembros de la FIFA que se abstuvieron de votar por recomendación del organismo, ante un potencial conflicto de intereses.
El MetLife Stadium, con un aforo para 87.000 espectadores, ha sido propuesto como sede de la final. El estadio se encuentra cerca de Nueva York, desde donde fiscales federales lanzaron una investigación aún en marcha sobre corrupción en la FIFA. Más de 40 dirigentes del fútbol y empresarios han sido imputados, fueron encontrados culpables o admitieron su culpabilidad.
La trama de sobornos dejó a la entidad futbolera al borde del abismo, mencionó el presidente de la FIFA Gianni Infantino previo a la votación.
“La FIFA estaba clínicamente muerta como organización”, dijo Infantino al reflexionar sobre el momento que fue elegido en el cargo en febrero de 2016. “Dos años después, la FIFA está viva y ha recuperado su alegría y tiene una visión hacia al futuro”.
El triunfo de Estados Unidos indica que la dirigencia del fútbol no tiene complejo alguno en congregarse para un Mundial en un país cuyas autoridades han demostrado su disposición de encarcelar a jerarcas deportivos corruptos tras pesquisas encubiertas.
La candidatura de Norteamérica también tuvo que sobrellevar la inquietud sobre el impacto de las políticas del gobierno del presidente estadounidense Donald Trump, incluyendo sus intentos por imponer un veto migratorio a residentes de seis países de mayoría musulmana.
La principal intervención de Trump fue con una advertencia en una rueda de prensa en la Casa Blanca, en la que mencionó la votación de la FIFA, advirtiendo que “estará observando de cerca”, en una amenaza velada de quitar la ayuda a Estados Unidos a los países que se opusieran.
Previo a la votación, el presidente de la FIFA Gianni Infantino se vanaglorió por el presente de la organización que dirige desde que fue elegido en febrero de 2016.
“En ese momento, la FIFA estaba clínicamente muerta como organización… dos años después, la FIFA está viva y ha recuperado su alegría y tiene una visón hacia al futuro”, dijo el abogado suizo en un discurso ante los 211 miembros.
Infantino asumió la presidencia nueve meses después que estallara el escándalo de corrupción que remeció los cimientos de la FIFA.
El líder de la FIFA destacó también que el organismo actúa con “transparencia total” en cuanto a sus finanzas y mencionó que se generarán más de 6.100 millones de dólares en ingresos dentro del periodo de cuatro años que corresponde al Mundial de Rusia.