Las autoridades de educación superior en diferentes países han venido investigando sobre el negocio de las falsificaciones de títulos, catalogado como un negocio que genera más de siete mil millones de dólares.
A raíz de la investigaciones que ha realizado la comunicadora Nuria Piera, revelando la existencia de varios médicos que ejercen la carrera con títulos fraudulentos.
Según un reportaje publicado por la revista Forbes, donde indica que en enero de este año el Departamento de Justicia de los Estados Unidos reveló cargos de conspiración criminal y fraude electrónico contra 25 personas en relación con la venta de 7,600 diplomas falsos de tres escuelas de Enfermería del sur de la Florida, al costo de hasta 15 mil dólares cada certificado.
El reportaje indica que los Estados Unidos es el país número uno en falsificación de títulos en toda las carreras, ya sea en grado y postgrado, lo que ha llevado al FBI a realizar investigaciones sobre esta problemática.
Otras publicaciones indican también que en España diferentes portales en internet hacen ofertas de entre 300 y 600 euros para otorgarle el título en cualquier área que desee con un certificado de postgrado, lo que se ha convertido en un dolor de cabeza para las autoridades de ese país.
En el 2017, las autoridades de Colombia, mediante una investigación, descubrieron que la Corporación Ainara entregó títulos falsos en licenciatura a cerca de 2,300 profesores y normalistas de Bogotá.
En el caso particular de nuestro país, recientemente, Franklin García Fermín, ministro de Educación Superior, Ciencia y Tecnología, se refirió a la alteración y reproducción de títulos falsos como una problemática muy importante, pero que es algo que se escapa de las funciones de la institución que dirige.
Dijo que los títulos falsos no tienen que ver absolutamente de manera directa con ese ministerio, porque si un ciudadano toma el título de otro, le saca copia, le pone su nombre y lo falsifica, ya eso es una cosa que está fuera de control.
Esta situación se multiplica a nivel mundial, significando un riesgo, pues tener enfermeras, ingenieros y asistentes sociales que han sido descubiertos en los últimos meses, lo que ha obligado a las instituciones de educación superior a iniciar procesos judiciales.
Y es que los sitios web como me refería más arriba ofrecen redactar proyectos de pregrado y postgrado con un pago mediante crédito o débito, si bien no son ilegales como lo anterior, sí atentan contra los códigos éticos de las universidades.
Sabemos que el negocio de los monográficos en nuestro país mueve decenas de miles de pesos anuales, minimizando la calidad investigativa de los estudiantes.
Tanto las universidades como las empresas deben ser más exhaustivos con relación a los títulos, porque son muchos los casos de entidades que contratan a personas para cargos de importancia, y tienen títulos falsos.
Las autoridades de todos los países están llamadas a legislar para castigar con penas máximas a los involucrados en estos negocios fraudulentos, porque seguirán teniendo beneficios con documentos falsos.