Así decía una de las pancartas a las afueras Oficina de Atención Permanente del Distrito Judicial de Puerto Plata que portaban un grupo de jóvenes prospectos o aspirantes a jugadores profesionales de béisbol, el sueño dorado de muchos jóvenes dominicanos que buscan, ya sea por pasión o para mejorar su calidad de vida, firmar con un equipo de las Grandes Ligas.
El motivo de su presencia allí, era apoyar a la estrella de la MLB Wander Franco, hasta ahora campocorto de los Rays de Tampa Bay, durante la medida de coerción por su presunta vinculación sentimental con un adolescente de 14 años de edad con la que presume sostuvo relaciones sexuales y que según las autoridades del Ministerio Público dicha situación había sido aprovechada por la madre de ésta para extorsionar al deportista y obtener grandes sumas de dinero.
A ustedes y al resto de la sociedad que insiste en la necedad de culpar a una menor de edad de una situación como esta, me toca recordarles que ni Wander Franco ni ninguna otra persona que se involucre y sostenga relaciones sexuales con menores de edad, es una víctima. La ley es clara y muy precisa en ese sentido. Una menor no tiene poder de consentir, se vea como se vea, aunque esté en una discoteca o consuma alcohol, ES UNA MENOR DE EDAD.
También me toca reiterarles que las menores no tienen “millas”, sino que han sido abusadas y son parte de un sistema normalizado de ciclos de violencia que se repiten de generación en generación y funcionan las vista de todos y todas; si no vayamos a las maternidades y las oficialías civiles y comparemos las edades de madres adolescentes y sus abusadores, perdón “padres de sus criaturas”, y en ese sentido todos somos Wander Franco.
Otra desafortunada arista de este caso judicial que apenas inicia ha sido divulgación pública en franca violación de la ley de hallazgos como fotos e informaciones de detalles médicos que revictimizan aún más a la menor involucrada, lesionando de manera irreparable su dignidad, informaciones que han sido difundidas sin el más mínimo sentido de prudencia por medios de comunicación y usuarios de redes sociales, como si se tratara de un cumpleaños y no de un caso explotación sexual.
Al campocorto de los Tampa Bay este viernes se le impuso una medida de coerción de 2 millones de pesos como garantía económica y presentación periódica ante la justicia y tal y como sostuvo mi colega Javier Herrera en uno de sus trabajos periodísticos sobre el caso, a Franco le espera camino espinoso y un futuro profesional incierto.
¿Es el único caso en nuestro país donde un adulto se involucra con una menor? no, ¿le quita eso a Wander Franco la responsabilidad en caso que sea culpable de lo que se acusa? tampoco.
Espero que esos jovencitos que aspiran a ser exitosos y pertenecer a las grandes ligas se vean en su espejo, porque los equipos, la MLB y sobre todo las leyes dominicanas son muy claras, solo que como este es el país de la impunidad y donde la justicia se puede comprar hay quienes “por deporte” vienen al patio a pasarse de la raya.