El nombre de La Negreta debe volver

El nombre de La Negreta debe volver

Recuerda hechos significativos de los tiempos de la esclavitud en la parte oriental de la  isla de Santo Domingo y fue una vía caminada  por grandes europeos de la historia en la Conquista

POR ÁNGELA PEÑA
El historiador Euclides Gutiérrez Félix consideró que el Ayuntamiento del Distrito Nacional debería restablecer el antiguo nombre de “La Negreta” a la actual calle “Gabino Puello” y adornarla con escalinatas y murales que recuerden que por esa vía comenzó el proceso de la esclavitud en América.

Emplazó además a la Secretaría de Turismo para que se involucre en la transformación no sólo de ese tramo sino del sector aledaño al Puerto, por el que transitaron “todas las grandes figuras de la historia de América: Hernán Cortés, Diego Velásquez, Ponce de León, Jiménez de Quezada, Francisco Pizarro y Vasco Núñez de Balboa”, entre otros.

Representaría igualmente un homenaje de reconocimiento, dijo, al cacique Enriquillo, Diego de Ocampo, Juan Baquero, Diego Guzmán y Sebastián Lemba “que fueron los más grandes jefes de las insurrecciones de cimarrones en el siglo XVI”, señaló el escritor, miembro de la Academia Dominicana de la Historia y catedrático universitario.

“Esa calle debe ser adornada con murales que recuerden esa etapa histórica, no solamente de lo que fue una imposición de la humanidad, porque la esclavitud fue un estadio que obligó al mundo a desarrollarse, sino de la importancia histórica que tuvieron los que se rebelaron. Sebastián Lemba, por ejemplo, figura en las poesías españolas de la época como un fenómeno que acaudilló cientos de negros, que estuvo por espacio de cuatro o cinco años aterrorizando más de la mitad de la Isla Española”, significó Gutiérrez Félix.

El historiador, autor de un amplio trabajo sobre las insurrecciones de cimarrones,  que fue publicado por la revista “Cuba” en el centenario de la abolición de la esclavitud y considerado como la más importante referencia histórica de ese hecho en América, lamentó la arrabalización de ese memorable tramo al que considera que las autoridades “deben prestar mayor atención y hacer de él un verdadero paseo de carácter histórico”.

 “Casa del Diablo”

“La Negreta”, primera calle del antiguo recinto amurallado de la ciudad, fue denominada con ese nombre porque, según refiere la tradición, allí existió en los días de la colonia un edificio destinado a la guarda de esclavos negros, cuyas ruinas podían apreciarse hasta hace unos años. El pueblo designó la vivienda, desde tiempo inmemorial, como “Casa del Diablo”, porque supuestamente se veían en ella duendes y fantasmas durante las noches. El domicilio es  recordado por personas mayores de la zona.

A la vía, de poca extensión, se le llamó también “Del Aguacate” “por haber existido un árbol de esta sabrosa y nutritiva fruta en medio de ella”, consigna el cronista Luis Alemar.

La calle fue conocida como “La Negreta” hasta el 25 de septiembre de 1897 cuando por resolución del Ayuntamiento de Santo Domingo se sustituyó el nombre por el de Gabino Puello, héroe de la batalla de Comendador, “acción ganada por este valiente soldado libertador en marzo de 1845”, agrega Alemar.

Trasladar a Puello

Gutiérrez Félix reconoce los méritos de Puello pero opina que se le debe designar otra calle. “De los tres hermanos Puello es el del historial más hermoso. Uno de ellos murió fusilado y Eusebio se fue con los españoles y murió en Cuba, siendo soldado español. Pero Gabino hizo una labor de proselitismo extraordinaria en el Sur, fue un combatiente de condiciones militares que desde el principio hizo frente a las tropas haitianas”.

Sin embargo, entiende que hay que restablecer “La Negreta” y a Gabino Puello trasladarlo a otra vía. “Aquí hay muchísimas calles a las que hay que quitarles los nombres”, exclamó.

“Estado de abandono”

“Me ha llamado poderosamente la atención, desde hace más de 50 años, el estado de abandono en el que ha permanecido ese pequeño callejón. Lo dije cuando fui candidato a síndico, en 1990, y don Juan Bosch elogió mucho esa referencia histórica. Ese tramo se llamaba así porque por ahí subían los esclavos ayuntados que dejaban los barcos que venían a traerlos a la ría del Ozama”, relató.

Llegaban desde África, agregó, “de esa travesía infame del Atlántico a América, sobre todo a la Isla de La Española”.

Reiteró que “por ese tramo subieron esclavos que están en la historia de América y en la historia de la Isla de Santo Domingo. Se supone que ya para 1520 algunos de esos esclavos, jóvenes de 17 ó 18 años que eran prisioneros de las guerras tribales en las costas del Atlántico Africano, eran, diez años después, hombres de 25, 30, 40 años, conocedores de las características geográficas de parte importante de la Isla”.

La calle, destacó, luce en gran medida arrabalizada, descuidada, algunas casas son tendederos de ropa, otras están en estado de destrucción. “Nada de eso atrae al turismo, eso no es un incentivo, ahí debe haber guías que expliquen por qué por ahí comenzó el proceso de esclavitud en América”, señaló.

 -¿Por qué quiere que se destaque ese hecho?-

 “Porque la esclavitud jugó un papel muy importante en la historia del mundo, en la historia americana, y porque, además, nosotros somos descendientes de esclavos, aunque sea en la vigésimo quinta o en la decimotercera generación, seamos blancos, rubios, mulatos, negritos, jabaos, como les quieran decir. El color dominicano, ese color nuestro, su expresión más fina es el color de la piel, que es un color africanoide, negro, nosotros no somos culturalmente africanos ni haitianos, eso no es verdad, eso es mentira, culturalmente nosotros somos españoles. Lo que determina la identidad cultural de una sociedad es el idioma, su forma de comunicarse, no son los rasgos físicos”, aclaró.

“La Negreta”

El destacado educador, dirigente político y funcionario del Estado desconoce las razones por las que se le quitó el nombre a esa calle, que comienza en la  “Colón”, justo al lado de la “Avenida del Puerto”, y termina en la “España” después que fue interrumpida su prolongación por las escalinatas y el parque construidos frente a la iglesia de Santa Bárbara.

“No sé por qué eliminaron la denominación. Pero esas son cosas que nuestro país debe recoger, preservar, presentar. Cuando tú visitas España, Francia, te llevan por los callejones y lugares tradicionales de la ciudad”, comentó.

Para el destacado historiador,  haber borrado la designación de “La Negreta” “es una inconsecuencia que ha impedido recordar esa pequeña vía por donde pasaron todos esos personajes de la historia colonial dominicana y de América, a los que la monarquía española mandó ponerles fin a sangre y fuego”.

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