El Presidente Danilo Medina será juramentado ante la Asamblea Nacional el martes 16 de agosto, cuando la patria conmemora el 153 aniversario de la Restauración, iniciando de manera solemne su segundo mandato conforme a la Carta Magna, reelecto con la mayor cantidad de votos jamás depositada en comicios libres a favor de cualquier candidato en la historia dominicana: 62 por ciento.
Al hito precedente se añade esto: tercer gobernante en ser reelecto en nuestra era postrujillo, junto a Joaquín Balaguer y Leonel Fernández; con este ultimo conforma la única pareja de mandatarios de un mismo partido en reelegirse consecutivamente, mientras el PLD se ha consagrado como la organización política más importante de los últimos 50 años, ya que cumplirá un ciclo de cinco lustros en el poder, a dos de los 22 que gobernó el anciano caudillo reformista.
No obstante, se critica acremente al PLD por la enorme concentración de poder que amasa desde el año 2006, cuando pasó a controlar el Congreso Nacional y las alcaldías, y luego de la reforma constitucional del 2010, las altas cortes.
Pero a contrapelo se puede razonablemente argumentar, que no se trata de un poder usurpado fruto de las bayonetas ni de asonadas golpistas. Es consecuencia de la legalidad y legitimidad electoral, del diálogo, la concertación con la oposición y la sociedad civil, concomitante al pragmatismo de un partido oficial amante del poder.
¿Acaso la oposición no participa del Consejo Nacional de la Magistratura (CNM), que elige los jueces; de la Cámara de Cuentas, el Tribunal Constitucional, la JCE y el Tribunal Superior Electoral? ¿No está ella representada en esos órganos, respaldada por su proporcionalidad electoral? Al dividirse, la oposición también debilitó su cuota de poder.
Éxitos para Danilo Medina y el pueblo dominicano.