El padre y la semilla de la vida

El padre y la semilla de la vida

«Como es el padre así es el hijo

(Qualis pater talis filius)»

Proverbio latino

Asentir, respetar, valorar, honrar y amar al hombre que nos dio la vida es fundamental para tener éxito en lo que sea que emprendamos. Sin padre no hay vida para nosotros. Lo decisivo proviene del padre. Todo surge a partir de su semilla.

El próximo domingo, en República Dominicana celebraremos el día de los padres. Aunque muchas razones históricas han llevado a las familias latinas a profesar una especial devoción por la madre, quien no respeta, valora y honra al padre como a su madre, no disfrutará la plenitud de vivir.

Efesios 6: 1-3 nos muestra la importancia y valor de honrar al padre y a la madre. Este es el primer mandamiento que contiene una promesa. A través de las Constelaciones Familiares de Bert Hellinger, pude constatar la trascendencia de este mandato.

El hijo varón aprende a tratar a su mujer como su padre trataba a su madre. Al tener hijos, se relacionará según como lo hizo con su propio padre. La hija mujer tendrá en el padre su primera referencia de trato con un hombre, tendiendo a regresar en sus demás relaciones con los hombres, pareja, jefes, compañeros, amigos y en muchas ocasiones con los hijos, al clima emocional que vivió con él.

El médico austriaco de origen judío Sigmund Freud, padre del psicoanálisis, dijo: “No me cabe concebir ninguna necesidad tan importante durante la infancia de una persona que la necesidad de sentirse protegido por un padre”. La madre es la fuerza de la unión, en cambio el padre es el poder de la separación. Cuando una persona no tiene un vínculo sano con el padre, le cuesta desapegarse y cortar con aquello que ya ha cumplido su función, para ir hacia lo nuevo.

La energía del padre en nosotros nos permite crecer, progresar, avanzar, elegir, expandirnos, tener voluntad, decisión, firmeza, orden, determinación, disciplina, logros, éxitos y reconocimiento. El hijo que toma con agradecimiento la semilla del padre, cuenta con los recursos que se requieren para materializar sus deseos. Sin la energía del padre no hay ganancias ni resultados.

El filósofo suizo Jean Jacques Rousseau decía que un buen padre vale por cien maestros. El aprendizaje está muy vinculado a la energía del padre. Al interiorizar su fuerza, logramos dejar atrás lo conocido y abrirnos a la experiencia de la escuela y la universidad. Sin padre no es posible avanzar.

Algunas personas tienen éxito en base a sus propias fuerzas, pero créeme, si no le dan un buen lugar al padre, más tarde o más temprano, llegan a un callejón sin salida. Tendrán que devolverse y empezar de nuevo desde otro lugar. A veces, tienen logros que no disfrutan, o pueden perder lo alcanzado.

La relación con el padre es un vínculo que nos marca para toda la vida. El escritor estadounidense de origen italiano Mario Puzzo, autor de la obra maestra “El padrino” dijo que un hombre que no sabe ser un buen padre, no es un auténtico hombre.

Si bien es cierto no podemos regresar el tiempo para cambiar lo que ocurrió con papá, siempre podemos cambiar la manera en que nos contamos la historia y nos relacionamos con ella. Esta en nuestras manos mirar de un buen modo lo que vivimos con papá.

Cuando alguien se queda anclado en el dolor, el reclamo o el resentimiento hacia su padre pierde la conexión con la vida. El impacto se verá en relaciones difíciles, debilidad para sostener el éxito, desenfoque en los objetivos y desorden en diversos temas.

A partir de hoy puedes asumir la vida como adulto y desatar el nudo que te puede estar impidiendo respetar a quien te dio la vida.Lo principal es ver al padre tal cual es y con todo lo que tiene, con lo que nos agrada y lo que no. Ante cualquier hecho desagradable de la vida con el padre podemos decir: “Sí, así fue y lo incorporo con todo el desafío que representa para mí. Haré algo bueno con lo que he tomado de ti. Te reconozco y te tomo como una importante fuente de fuerza, sea como fuere nuestra historia. Sin ti no estoy completo (a) papá”.

La poeta estadounidense Anne Sexton decía que no importa quién fue nuestro padre. Según ella, lo importante es quién recordamos que es. Sanar la relación con el padre (o mantenerla sana) es una manera segura de sintonizar con el poder que tiene el origen de la vida. Volver a restablecer la conexión interior con papá, sintonizando con el poder de la semilla de la que surgió la vida para nosotros, es una acción regeneradora y vitalizadora.

Gracias a la mirada del amor, podemos tener una visión diferente del padre, para decir: “Papá, te tomo completo sin cambiarte nada”. Así como es el vínculo con el padre,así es nuestro sostén. Si la madre es el cimiento de la vida, el padre es la base para “sostenernos” en ella de un buen modo.

Hellinger dice: “Tomando a la persona que es mi padre, tendré su plenitud en mí”. La relación con el padre es el fundamento de los éxitos, logros, reconocimientos, ganancias y proyectos que el hijo alcanza en el mundo.

Mi nombre es Karina Pereyra, con mucho orgullo hija primogénita de Héctor Pereyra Ariza. Papi. Hoy es un buen día para decirte: «Gracias, ¡gracias papi por todo!».

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