Comencemos explicando que Cooperstown es el Salón de la Fama más trascendente de todos los deportes profesionales en los Estados Unidos.
Luego decir que en 65 años llevan los peloteros dominicanos jugando en Grandes Ligas, solo Juan Marichal, Pedro Martínez y Vladimir Guerrero han podido llegar a ese templo.
Otro dato: Pocos jugadores dominicanos han tenido el corazón de David de hacer grandes obras sociales en beneficio de los niños. Fue un jugador super popular, líder en el dogout de Boston y querido por la prensa.
Nunca olvidamos cuando Minnesota lo dejó sin trabajo
David se encontró con Pedro en un restaurante y le habló de su caso. Pedro llamó a la gerencia de Boston para que lo contrataran. ¡Y así ocurrió!.
Desde ese momento, David arrancó la más espectacular carrera para un bateador designado en las Grandes Ligas.
Fue un líder de la comunidad, ejemplo para los niños y respetado por las Grandes Ligas.
Si en Estados Unidos le han dado todo los honores, como lo fue despedirlo en los diversos estadios, incluyendo el legendario Yankee Stadium, desde este martes, los dominicanos debemos expresarle las más cálidas felicitaciones.
Hasta este momento, nadie sabe si entrará al Salón de la Fama.
Es favorito a ingresar, pero el sistema de votos es muy hermético a la hora de hacer el conteo final.
David debe sentirse muy emocionado porque de lograr ese sueño, le pondría el puntillazo final a una carrera memorable.