El país político en la hora de las definiciones

El país político en la hora de las definiciones

Apenas iniciando el año 2015, los diferentes sectores y personalidades que directa o indirectamente actúan en la política dominicana, han activado sus esfuerzos por definir sus opciones electorales, a sabiendas de que en los próximos días las principales banderías partidarias habrán de tomar decisiones fundamentales o atenerse a recoger las sobras del pastel electoral del periodo 2016-2020.

Del lado del PLD las opciones claras están entre el Presidente Danilo Medina, que la tiene muy difícil para obtener las mayorías congresionales de dos tercios para lograr el cambio constitucional que permita su repostulación; Leonel Fernández, que pretende sobreponerse a su descrédito generalizado, y… un candidato que obtenga el apoyo de por lo menos Danilo.

En el Partido Reformista Social Cristiano, se oscila entre los partidarios casi abiertos de Leonel o Danilo, “según soplen los vientos”: un sector minoritario que aspira a “tener luz propia”; y Amable Aristy, quien persigue obtener su tajada propia en cualquier caso. Pero no parece que en su conjunto cosecharán suficientes votos para obtener el 5% que por ley corresponde a los partidos llamados mayoritarios, que se hizo a diligencia del PRSC.

Dentro de lo que fue el PRD prima la incertidumbre, ya que el dueño de las siglas por mandato del parcializado Tribunal Superior Electoral (TSE) no logra juntar más que un grupo de oportunistas hasta que se acerque el día de contar los votos; los sectores del PRM si no se ponen de acuerdo antes de la Convención, no resistiría un proceso totalmente abierto sin siquiera contar un padrón confiable; y otro grupo está a la expectativa sin decidirse o diciendo que está con todos y cada uno de los grupos antes indicados.

Por su parte los grupos llamados emergentes se quedarían esperando los acontecimientos para abstenerse en protesta, o afiliarse al que parezca probable ganador de las elecciones…

Frente a esta situación, el país político debe saber el peligro que corre de caer de nuevo en manos de quienes lo han hipotecado y corrompido hasta el tuétano.

En estas circunstancias se debe dar un paso firme y hacer ver que la única posibilidad de ganar un futuro mejor para los dominicanos, es respaldando a una real convergencia con una figura nueva y capacitada en la presidencia como Luis Abinader con el PRM, que dé origen a un gobierno plural, donde tengan real acceso una nueva generación de profesionales y políticos no contaminados y sin la improvisación, lo que tiene a nuestra nación al borde del abismo.

El país, que ha visto cómo los que más debían respetar los nombres a quienes deben su valía, y que sufrieron en su momento las agresiones de los mandantes de turno, se postran ante las posibilidades de disfrutar de las canongías y mieles del poder, en base a la miseria del pueblo y el crimen organizado, tiene el deber de construir un poder en donde prime la honestidad y la racionalidad.

Pero los principales responsables de que esto suceda son los cabezas de los partidos y de los grupos organizados. Y debe hacerlo ahora, no cuando sea demasiado tarde…

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