PARÍS. La desintegración del panorama político francés, sacudido por la victoria de Emmanuel Macron en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, se acelera con el paso de los días.
Marion Marechal-Le Pen, la sobrina de la líder de ultraderecha Marine Le Pen, que perdió el balotaje del domingo frente al centrista, abandona la política. Su marcha privará a su partido, el Frente Nacional, de una de sus pocas estrellas reales. Marine Le Pen tuiteó el miércoles que lamenta la decisión pero agregó que “como madre, la entiendo”.
Marechal-Le Pen, de 27 años, citó “razones personales y políticas” al anunciar que no optará a la reelección en junio. Ocupaba uno de los dos escaños de la formación de ultraderecha en la Asamblea Nacional.
En el otro extremo del arco político, el Partido Comunista y la formación del derrotado candidato presidencial Jean-Luc Melenchon, atraviesan un divorcio complicado. Hicieron campaña juntos por Melenchon, que subió en las encuestas en el último tramo de la campaña y obtuvo casi el 20% de los votos en la primera ronda, quedando a un paso de la contienda final entre Macron y Le Pen. Pero cada vez parece más claro que presentarán candidatos por separado en los comicios legislativos de junio.
De ostentar el poder, en la figura del presidente saliente François Hollande y con una mayoría parlamentaria, el Partido Socialista se adentra cada vez más en el caos. La derecha tradicional está dividida entre quienes quieren trabajar con Macron y quienes esperan cortarle las alas al nuevo presidente.
Hollande presidió el miércoles su última reunión de gobierno. Más tarde acudió con Macron a una ceremonia en los Jardines de Luxemburgo, en París, para conmemorar la abolición de la esclavitud. La toma de posesión de Macron se celebrará el domingo.
En el que supone fue su último acto oficial como presidente, Hollande se permitió bromear prometiendo ceder todos sus poderes a Macron: “¡No se preocupe!”.
En un tono más formal, Hollande señaló que la victoria de Macron sobre Le Pen mostró el apoyo de los votantes a “la tolerancia, el respeto, la dignidad, la democracia y la apertura”. Se dirigió a su sucesor como “sr. presidente” y le dijo que “sigue habiendo mucho que hacer”.
El caos en los partidos rivales podría fortalecer el movimiento “República en Marcha” de Macron en sus primeras elecciones legislativas en junio, en las que espera lograr una mayoría parlamentaria que permita a su líder gobernar e implementar sus promesas electorales los próximos cinco años.
La victoria de Macron con una plataforma independiente “ni de izquierdas ni de derechas” terminó con décadas de bipartidismo entre conservadores y socialistas en Francia. Por primera vez en la historia moderna del país, las grandes formaciones tradicionales se quedaron fuera del balotaje, que Macron ganó con un 66% de los votos.
En el nuevo e incierto panorama político, Manuel Valls personifica la lucha de algunos políticos para encontrar su sitio. Primer ministro durante la segunda mitad del gobierno de Hollande, Valls intenta entrar en el movimiento de Macron, pero se arriesga a quedar en tierra de nadie: rechazado por los dos partidos para las legislativas.