Bruselas.- La Eurocámara vivió hoy un pleno tenso sobre el resultado del referéndum británico, en el que exigió al Reino Unido que inicie el proceso de salida «cuanto antes» y pidió reformas profundas de la Unión.
Una sesión en el que el euroescéptico Nigel Farage fue protagonista y que estuvo cargada de aplausos, abucheos y una tristeza manifiesta que el propio presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, expresó: «Europa no es una expresión cerebral, estoy triste y no lo oculto, no es sentimentalismo es una convicción profunda».
Juncker explicó que ha «prohibido» a los comisarios y funcionarios de la institución establecer conversaciones sobre el «brexit» con representantes británicos hasta que no haya una notificación oficial por parte del Reino Unido.
«Sin notificación, no hay negociación», remarcó.
Todas las miradas estaban puestas sobre el líder del partido independentista británico (UKIP), el eurófobo Nigel Farage, abucheado en el pleno cuando tomó la palabra.
«Cuando vine aquí hace diecisiete años para liderar una campaña con el objetivo de irnos de la Unión Europea (UE), ustedes se reían de mí… ¿Ahora no se ríen, verdad?», señaló.
Y lanzó otra advertencia: «el Reino Unido no va a ser el último Estado miembro en abandonar la UE».
Farage pidió un acuerdo «sensato» y «libre de aranceles» y argumentó que «sin acuerdo, la UE perdería más que el Reino Unido».
«Podemos llegar a una situación de aranceles al automóvil con la que cientos de alemanes perderían su empleo», afirmó.
El presidente de la CE se dirigió a Farage y a otros miembros de su grupo y dijo «estar sorprendido al verles».
«¿Qué hacen ustedes aquí? Estoy bastante sorprendido de verles. Creía que estaban ustedes luchando por salir de la Unión Europea (UE)», les dijo con ironía Juncker.
El pleno de la Eurocámara aprobó una resolución en la que le pide al Reino Unido que «notifique» su decisión lo antes posible, para evitar una incertidumbre «que sería nociva para todos», subrayó la ministra holandesa de Defensa, Jeanine Hennis Plasschaert.
«Ahora la pelota está en el tejado británico», remarcó la política de Holanda, país que ocupa la presidencia de turno del Consejo de la UE.
El Parlamento también ha pedido al Consejo que modifique el orden de las presidencia rotatoria, que le corresponde al Reino Unido en la segunda mitad de 2017, para evitar que el procedimiento de salida ponga en riesgo la gestión de la actividad diaria de la Unión.
En el otro lado del hemiciclo, el nacionalista escocés Alyn Smith (grupo de los Verdes), pidió «que se respete» el deseo de las naciones que han votado por permanecer en la UE y rogó a la UE «que no decepcione» a Escocia.
«Escocia no os decepcionó. Por favor, no decepcionéis a Escocia ahora», afirmó Smith, ovacionado por el hemiciclo.
Smith dijo que «hay mucho que negociar» y que en el proceso van a hacer falta «cabezas frías y corazones calientes».
En paralelo al proceso de negociación con el Reino Unido, Europa debe pensar en su modelo y llevar a cabo «reformas profundas», manifestaron los parlamentarios.
De hecho, la resolución aprobada hoy aboga por trazar «una hoja de ruta» de reformas, basada en el Tratado de Lisboa, que plantee incluso «una revisión de los tratados».
«Necesitamos demostrar a los europeos que somos capaces de construir una Unión mejor, que sea capaz de afrontar las numerosas crisis a las que nos enfrentamos, (…) que pueda hacer más con menos. Con menos comisarios, pero con una toma de decisiones más efectiva», dijo el líder de los liberales, Guy Verhofstadt.
Para el ex primer ministro belga el resultado del referéndum es «una oportunidad» para «volver a poner a Europa en la pista».
Juncker dedicó unas palabras al dimitido comisario europeo de Servicios Financieros, Estabilidad Financiera y Unión de Mercados de Capitales, el británico Jonathan Hill, a quien calificó de «verdadero demócrata».
Hill, visiblemente emocionado, recibió una gran ovación del hemiciclo.