El uso de las redes sociales en menores es cada vez más frecuente, por lo interesante entretenida, informativa, divertida y contenido versátil, que estas pueden tener.
La mayoría de las redes sociales te invitan a crear un perfil, que es la carta de presentación que tiene cada miembro o participante. Al crear esta identidad virtual, unos de los elementos visuales es la foto, así como el nombre y otros datos del usuario.
Junto con el perfil se crean redes de amigos que se pueden compartir con otros, convirtiéndolo en algo masivo.
Las redes sociales tratan de establecer vínculos, conexiones, conectividad o lazos con otras personas, supone una capacidad de relacionarse.
Las redes crean asociaciones de perfiles que tengan un interés en común, estableciendo la capacidad de recibir respuestas inmediatas, para mantener esta interacción continua. A través de sistema de redes se expande la información subida, multiplicando rápidamente su exhibición.
Los más pequeños del hogar suelen navegar para estar en contacto con sus amigos, para entretenerse y como forma de comunicación con el mundo.
Muchos de ellos, en su búsqueda constante de aumentar su cantidad de amigos o seguidores y producto de su inocencia aceptan personas desconocidas. Otras veces su ingenuidad los lleva a creer que de esta forma serán más populares, poniendo en riesgo su integridad emocional al poder caer en manos de personas malintencionadas que buscan presas fáciles.
Un porcentaje alto de memores ponen en su perfil informaciones confidenciales como: dirección, teléfono, nombre de escuela, esto pone en riesgo su integridad física.
Muchas relaciones empiezan con manipulación de información que el mismo niño le ha proporcionado a su acosador, en ocasiones algunas de estas informaciones son intimas.
Algunos de los riesgos que se exponen los menores son:
• Sexting: envío de mensajes sexuales, sea pornografía o mensaje erótico.
• Ciberbullying: es el acoso a través de la red.
• Grooming: consiste en buscar y ganarse la confianza de un menor a través de conductas y acciones maquinadas por un adulto a través del internet.
• Adicción a las redes: pasar mucho más del tiempo previsto navegando en las redes, descuidando otras áreas vitales del desarrollo.
Para evitar estos tipos de daños, los padres deben supervisar a sus hijos menores, verificar con quien interactúan a través de las redes y poner reglas claras para su uso.
Es importante concientizar a los niños en la correcta utilización de las redes, dejar claro que no pueden revelar datos personales ni familiares, explicarles que solo pueden aceptar conocidos y los riegos que estos implican.
Recordar constantemente a los menores la importancia de no publicar la localización actual o deshabilitar esta opción.
Usted como padre debe establecer un horario para que su hijo use las redes, respetando las horas de estudio, actividades deportivas y sueño.
Hay que Psicoeducar a los niños en la importancia de denunciar ante sus padres o maestro cualquier tipo de maltrato, acoso que pueda ser víctima. Crearle conciencia de la diferencia entre un verdadero amigo y uno que te sigue por las redes, no necesariamente quien te sigue por las redes es tu amigo.
El niño debe ser educado sobre el valor de la interacción frente a frente con las personas, pues es gratificante estar comunicados por las redes, pero aun más cuando se puede interactuar personalmente.
Si el menor no cumple con las reglas establecidas, debe tener una sanción o consecuencia. . La autora es psicóloga y educadora, directora y fundadora de MLC SCHOOL Twiter: @MLC_Schoolrd @SVirginiaP Instagram: @pardillavirginia.