El perejil, planta originaria de la zona del Mediterráneo oriental, ya era utilizada por los antiguos griegos y romanos para la elaboración de medicinas, pero no es hasta el siglo XVI cuando se inicia en Italia su cultivo como planta alimenticia, extendiéndose después a otros países de Europa.
Y es que este producto no entiende ni de fronteras ni de conflictos, ya que su uso como especia está muy extendido por todo el mundo. Curiosamente dos de los platos árabes más conocidos, el «tabulé» y el «falafel», no serían lo que son si no contasen con perejil entre sus ingredientes.
El «tabulé» consiste en una ensalada de tomate con cebolla tierna, abundante perejil molido y aliñada con vinagre y limón. El «falafel» es un plato de albóndigas de legumbres, cómo no, perejil, cilantro y ajo.
En todas las salsas
En cuanto a sus aplicaciones culinarias, el perejil es, sin duda, una de las hierbas de uso más común en la cocina. Se puede emplear en casi todos los platos, pero dicen que la salsa verde resulta especialmente deliciosa con jamón, mejillones y cualquier tipo de pescado, sobre todo merluza.
El perejil troceado también puede añadirse a sopas, mayonesas y vinagretas, y molido se puede aplicar sobre cualquier tipo de platos preparados a base de hortalizas. Un dato más: la sabiduría popular dice que el mejor método para eliminar el olor a ajo en el aliento es masticar unas hojas de perejil.
Fácil cultivo
Su cultivo es muy sencillo. Es una planta que se adapta a cualquier clima y a la que le afectan pocas plagas.
No obstante, aunque el perejil es una planta de crecimiento rápido, su fase de germinación es lenta y los primeros tallos tardan en salir aproximadamente un mes, ya que lo que se siembra en realidad no son semillas, sino frutos de perejil con una cubierta muy dura. Esto hace que el pequeño brote tenga dificultad para salir y tenga que esperar a que la cascarilla se pudra.
Su forma de cultivo puede ser por siembra directa, empleando de 15 a 20 kilos de semilla por hectárea o bien utilizando semilleros. La época de siembra dependerá de cuando se deseen obtener las plantas.
Aunque el perejil puede sembrarse durante todo el año, la recolección debe hacerse más o menos a los tres meses de nacidas las plantas en las siembras de invierno y a los dos en las de verano, cuando el perejil ya tiene totalmente formadas sus hojas.
La planta se corta a ras de suelo y se hacen manojos que se atan según se va segando. Cada manojo suele contener unas 20 o 25 tallos de perejil. La siega debe realizarse por la mañana, antes de que las plantas comiencen a sentir los efectos del calor y cuando éstas tienen una altura de 30 centímetros.
Una vez cortada, los tallos rebrotan y vuelven a estar disponibles para un nuevo corte a los dos meses aproximadamente.
Si bien los suelos húmedos son los más indicados, el perejil también se adapta a cualquier tipo de terreno. No obstante, lo ideal es un terreno suelto, provisto de materia orgánica muy descompuesta y limpio de malas hierbas, aunque aquel que lo desee puede adquirir semillas de perejil y plantarlas en una simple maceta.
EFE REPORTAJE