Por múltiples razones no suelo responder juicios de valor expresados por algún articulista, pero la más poderosa de todas descansa en el derecho que tienen los ciudadanos dominicanos a difundir su pensamiento de forma libre, tal y como lo establece el Art. 49 de la Constitución de la República. El libre juego de las ideas es uno de los ejes fundamentales en que se sostiene el sistema democrático.
Sin embargo, usted no puede usar su poder comunicacional, en un medio tan leído como el diario El Día, para echar un barril de lodo a la doctora Emma Polanco, rectora de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, al decir (refiriéndose a una dama que ha recibido decenas de reconocimientos por sus atributos éticos y académicos): “…no ha cumplido con la promesa de sanear las numerosas nóminas de empleados que históricamente han sido el producto de negociaciones que riñen con la transparencia administrativa.”
La presenta como una demagoga y protectora de viejas irregularidades. Quisiera pensar que es por desconocimiento y no por malicia. Desconocimiento de que Polanco canceló a todos los empleados contratados de forma irregular, el pago por investigaciones concluidas, eliminó compensaciones de sueldos, así como suplir combustible a vehículos de funcionarios universitarios.
Además, el plan de austeridad impuesto por la rectora no tiene precedentes en la historia de esa institución docente, al punto que el año pasado fueron suspendidas las fiestas navideñas que celebran de forma individual profesores, empleados y jubilados.
Emma Polanco está consciente de que en la UASD hay más empleados de lo necesario, pero el Reglamento de Carrera Administrativa le impide cancelar a servidores con derechos adquiridos y el gremio sindical, entiéndase ASODEMU, tampoco se lo permite. Usted sabe bien, amigo Luis García, que la UASD, a diferencia de otras instituciones estatales, no se dirige de forma vertical, el gobierno es colegiado desde los tiempos en que se elaboró su primer Estatuto Orgánico, a raíz del Movimiento Renovador.
De todas maneras, la rectora prohibió a Recursos Humanos la contratación de nuevo personal, pues el déficit mensual, superior a los 92 millones, impide inclusive dar mantenimiento a laboratorios y a la Biblioteca Pedro Mir, que en la actualidad tiene el aire acondicionado central dañado. Y Emma Polanco no tiene vehículo asignado, pero nada de eso, amigo Luis, usted lo reconoce, como tampoco reconoce la Ley 57-78, la cual obliga al gobierno a otorgar el 5% del presupuesto nacional a la más vieja universidad del nuevo mundo.
Usted, amigo Luis García, se contradice cuando señala que la UASD no devuelve a la sociedad lo que el Estado invierte en su operatividad. ¿Olvida que usted es comunicador social gracias a la UASD? Lo recuerdo siendo un joven muy pobre caminando por los pasillos de la Facultad de Humanidades. En esa misma situación, en la actualidad, hay más de 200 mil bachilleres que hacen carreras en la academia estatal, la única que dota de profesiones universitarias a los jóvenes que provienen de los segmentos sociales empobrecidos.
En el primer párrafo de su artículo, intutulado “Meritocracia Educativa”, usted habla de “…mi alma mater…” ¡Vaya amor que usted le tiene a su alma máter! Porque en un momento tan difícil, donde la academia se debate económicamente entre la vida y la muerte, luchando por un mayor presupuesto para poder seguir operando, se despacha con un artículo criminal para los intereses del pueblo. Me refiero al pueblo pobre.
Usted es uno de los aspirantes al cargo Defensor del Pueblo, presentado por el Colegio Dominicano de Periodistas, pero el CDP no es una directiva, es el total de los periodistas matriculados en esa entidad. En principio el suscrito no puso ninguna objeción, pero ahora sí la tengo. ¿A qué pueblo va a defender un hombre que abusivamente está atribuyendo corrupción a una institución limpia en comparación a las demás que tienen el carácter estatal? Sabe de sobra donde es que está la corrupción.
¿Acaso usted conoce una nómina oculta en la UASD? ¿Usted conoce algún contrato irregular firmado por la UASD y otra institución nacional o internacional que involucre miles de millones de pesos y lesione el interés nacional? ¡Dígalo!
Usted se equivoca con la doctora Emma Polanco. Los cargos ocupados por esa dama (directora académica, decana, vicerrectora y rectora) nadie se los regaló, es el producto de sus méritos académicos y de sus cualidades éticas, las cuales son reconocidas hasta por sus adversarios internos.
Usted, amigo Luis García, habla de politiquería en la UASD, pero a usted sí lo esogieron miembro suplente de la Junta Central Electoral por politiquería, cargo por el cual devenga cientos de miles de pesos al mes. Y debería de hablar primero de su horario y de sus atribuciones diarias en la JCE. ¡Ah, se me olvidaba! ¿Y si usted resulta electo defensor del pueblo renunciaría de la JCE o ocuparía ambos cargos de forma simultánea?