Para el FMI la deuda mundial, que supera los US$100 billones, alrededor de 93% del PIB, está en una situación vulnerable por factores de riesgo que podría estallar en cualquier momento. Si no se han realizado los ajustes fiscales necesarios para estabilizarla y reducirla en el mediano plazo, se teme regrese el ciclo de aumento de precio y tipos de interés alto.
Advertencia que nos toca, los persistentes déficits son responsables del volumen de la deuda pública no financiera que sumo US$57,596.0 millones, 46,3% del PIB, en agosto 2024, es decir, 2.1 veces menos que el PIB (US$121,691.7 millones 2023). Lo que minimiza la vulnerabilidad frente al exterior es que el grueso de la deuda en dólares vence en el largo plazo, porque, de no ser así, cada año la vulnerabilidad se pondría de manifiesto necesitando captar recursos externos cada vez más caros para refinanciarla.
No obstante, todos estamos de acuerdo en la necesidad de una reforma fiscal integral y su filosofía es la razón por la que el Gobierno planteó reducir las exenciones, ahorrar más de RD$26 mil millones en el gasto público y atacar la evasión del ITBIS e Impuesto Sobre la Renta, por empresas de diferentes tamaños y personas para cuadrar las cuentas fiscales y cerrar la brecha negativa entre ingresos y gastos que en 2023 ascendió a RD$221,834.3 millones, 3.2% del PIB, y se proyecta 3.1% del PIB para este año.
La reforma fiscal integral debe minimizar el costo del ajuste que siempre se paga en términos de menos producto, empleo, depresión de precios y salarios, y si se reparte entre todos, la sociedad no tendría problemas en pagar el costo, tenemos el ejemplo de la crisis sanitaria de 2020.
Explica que inversores dominicanos y extranjeros, apoyados en la solidez de la economía, así como efectiva y oportuna política fiscal y monetaria, hicieron millonarias inversiones en pesos y dólares para desarrollar proyectos reproductivos, impulsando el PIB real, ajustado por la inflación creció 6,5% como promedio anual en el período 2021-2023 (12,3%, 4.9% y 2.4%, respectivamente). Interanual, el empleo aumentó 5.8%, en 270,863 ocupaciones de los cuales 128,299 formales, totalizando 4,952,942 los empleos y 5.1% la tasa de desocupados, ambas cifras a final de 2021.
No solo con nuevas plazas de trabajo, los trabajadores también se beneficiaron porque el Gobierno de Luis Abinader hizo dos históricos aumentos de salario mínimo, totalizó 43.2%, el primero de 24.2% a mediados de 2021, y 19% el segundo en abril de 2023, aplicado en dos caídas, 15% en abril de 2023 y 4% en febrero de 2024. Al compararlos con la evolución de los precios, la pregunta, es lo que importa, si llevó aparejadas ganancias o pérdidas de poder adquisitivo (variación real).
El trabajador ganó poder adqjuisitivo porque acumulado el salario mínimo aumentó 43.2% entre 2021 y 2023, anual 14,4%, y los precios 19.0%, anual 6.3%, gano poder adquisitivo, acumulado 24,2%, anual 8%, suficiente para recuperar lo perdido, 4.7%, entre 2019 y mediados 2021, por la crisis sanitaria y cierre de actividades económicas, y ganar 3.3%.
Conclusiones que también confirman estadísticas de la encuesta trimestral del mercado laboral del Banco Central nos dicen que el ingreso nominal por hora trabajada aumentó a una tasa media anual de8.8% y 2.2% ajustado por la inflación que promedió 6.6%, período 2021-2023. Está claro, los trabajadores se beneficiaron de la riqueza que ayudaron a crear y las empresas no se sacrificaron porque la productividad laboral aumentó a una tasa media anual de 6.7%.