Londres.– El petróleo termina 2016 con un fuerte repunte gracias al acuerdo para recortar la producción, que deja atrás la debilidad vivida en gran parte del año, con un barril de “brent” que llegó a estar por debajo de los 28 dólares.
El barril del crudo Brent, para entrega en febrero, empezó el último día laborable del año a 56,13 dólares, pero durante la jornada continuó su ascenso al cotizar en el International Exchange Futures de Londres a 56,79 dólares antes del mediodía.
El Brent, de referencia en Europa, ha consolidado su tendencia al alza durante este diciembre que termina, después del histórico acuerdo al que alcanzaron el pasado 30 de noviembre los Países Exportadores de Petróleo (OPEP) para reducir la producción.
A principios de año, el oro negro bajó a niveles no vistos en muchos años al tocar el 20 de enero el mínimo de 27,10 dólares, un año y medio después de que el barril del Brent alcanzase una cotización -en agosto de 2014- de 110 dólares el barril.
Aunque la falta de acuerdo de los productores para recortar el bombeo fue la principal razón de la debilidad de los precios, otros factores también influyeron, como las turbulencias financieras por la que atravesó China a principios de año y la competencia del crudo no convencional, sobre todo el esquisto, extraído mediante la tecnología de la fractura hidráulica (“fracking”, en inglés).
Los mercados reaccionaron con nerviosismo a principios de año por temor a una caída en el crecimiento chino, algo que podía afectar a las importaciones del segundo consumidor mundial de crudo.
El mínimo del Brent alcanzado al cierre fue también el 20 de enero, cuando se colocó en 27,88 dólares, mientras que el pasado 28 de diciembre alcanzó un máximo al cierre de 56,22 dólares. A principios de año, el barril de Texas, de referencia de Estados Unidos, también se desplomó y llegó a cotizar a 29,42 dólares, su nivel más bajo desde noviembre de 2003.
El 2016 fue un año de tirantes y difíciles negociaciones entre los principales productores por sus continuas negativas a recortar la producción a fin de apuntalar unos precios muy bajos y que castigaron a la industria energética, como ha sido el caso del norte de Escocia, cuyos principales ingresos proceden de la explotación del oro negro del Mar del Norte.
El pasado abril, los grandes exportadores intentaron sin éxito en Catar acordar medidas para empujar los precios al alza, pero la reunión terminó sin un compromiso concreto.
El punto de inflexión llegó después de que la OPEP acordase el 30 de noviembre reducir la producción de crudo y comunicaron que fijarían un máximo de 32,5 millones de barriles diarios. A esa decisión se sumaron los países ajenos a la OPEP al comprometerse también a reducir el bombeo de crudo.
En el caso de Arabia Saudí, el mayor productor de petróleo del mundo, se ha comprometido a recortar casi 500.000 barriles diarios a partir de este domingo -1 de enero-, mientras que los productores ajenos a la OPEP indicaron que pueden reducir la producción en 558.000 barriles diarios.
El pacto OPEP/No OPEP es la primera medida conjunta desde 2001 y fue tomada después de más de dos años de precios muy bajos.
Los países de “No-OPEP” que se sumaron al compromiso de reducir la producción son Azerbaiyán, Bahrein, Brunei, Guinea Ecuatorial, Kazajistán, Malasia, México, Omán, Rusia, Sudán y Sudán del Sur.
Según los expertos, ese acuerdo fue posible después de que Rusia y los líderes saudíes dejasen a un lado sus diferencias sobre la guerra civil en Siria para ayudar a subir los pecios.
Para el analista David Elmes, de la escuela de negocios Warwick Business School, las reservas están aún a unos niveles altos sin precedentes, por lo que hay que mantener la “cautela” sobre si el alza de los precios del crudo será sostenida.