En mayo el PIB real creció 4.8% en tasa interanual, y con ello, el PIB generado en los primeros cinco meses del año superó en 5.6% al del mismo período de 2021.
Comportamiento coherente con el crecimiento alrededor del potencial que pronostican Organismos Internacionales para nuestra economía en 2022 y 2023, de las más altas entre economías emergentes y en la región, lo que contrasta con estimados para la economía global que se desinfla, para el FMI la caída de 4.4% a 3.6%, de 4.1% a 2.9% el Banco Mundial y de 3% a 4.5% la OCDE. Para Latinoamérica el Banco Mundial prevé 2,5%.
El fuerte empuje de la producción se produjo no obstante los tiempos inéditos que vivimos, encareciéndose los cereales y fertilizantes por la guerra Rusia-Ucrania que interrumpe su libre exportación, el petróleo exhibiendo altos precios y volatilidad, y aumento de costo del dinero por endurecimiento de la política monetaria por parte de los principales bancos centrales para estabilizar la inflación global.
Y el hecho de que el Banco Central drenó miles de millones de pesos en exceso en el sistema financiero, es decir, la oferta monetaria superior a lo que se necesitaba para las condiciones económicas, lo que no ralentizó las actividades económicas porque la política fue compensada por aumento de los préstamos al sector privado, en junio 12.8% en pesos y 14.4% incluyendo otras monedas, en tasa interanual.
Debe destacarse, por otra parte, la contribución de la correcta decisión del gobierno de subsidiar transitoriamente el consumo de gasolinas, gasoil y glp, evitó caída del crecimiento del PIB y aumento de la tasa de inflación. Ante la brutal escalada de precio del crudo, debía elegir entre dos males, permitir que la inflación fuera mayor, que se redujera aún más el poder adquisitivo de los trabajadores y se ralentizara el crecimiento del PIB, o evitarlos efectos negativos subsidiando transitoriamente el consumo de los combustibles.
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Eligió bien, lo demuestro con estos números, los he presentado en otras ocasiones y ahora los repito con estadísticas actualizadas. En los últimos doce meses el barril de petróleo WTI encareció su precio en 43,7%, de US$73.95 a final de julio 2021 a US$106.22 en junio 2022.
La factura de combustibles importados promedió 4.1% del PIB y 1.93% la de consumo de gasolinas, gasoil y glp en 2018, 2019 y 2021. Sin el subsidio la pérdida de ingreso de la economía hubiese sido equivalente a 1.8% del PIB (4,1% x 0.437), por deterioro de la «relación real de intercambio» debido al mayor tamaño de la factura petrolera en porcentaje del PIB, y 0.84% (1,93% x 0437) la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores por la inflación adicional aportada por las gasolinas, gasoil y glp en porcentaje del PIB.
Termino esta nota destacando que el crecimiento interanual del PIB (5.6%) superó el del empleo (5.14%), aumentó en 226,730 plazas en doce meses (marzo 2022/marzo 2021), según Encuesta del Mercado de Trabajo del Banco Central. Es decir, no solo más personas tuvieron acceso a un trabajo, sino que fueron más eficientes, lo demuestra el aumento en cuarenta y seis décimas de puntos de la productividad aparente del trabajo (crecimiento del PIB real menos crecimiento del empleo) .